¿Te amo a ti o al sentimiento?

la menera en que te amaba

Jamás me comprendiste, ni siquiera sé si estabas interesado en saber cómo me sentía, sólo salías a mitad de la noche bajo la lluvia en mi búsqueda a reprochar que no te quería.

Tal parece que no te molestaste en los pequeños detalles. En todas esas veces que aguanté malos tratos de tu parte y los reproches de tu madre en las reuniones familiares.

Cerrabas la puerta del auto lleno de rabia y me reprochabas por no saber apreciarte, pero lo hacía. Realmente lo hacía. Y lo peor: todavía lo hago.

No me molesté en tomar en cuenta todo el caos que causaste en mí. Y ni hablar del daño que me dejaste porque mi pasatiempo favorito tal parece que era excusarte de tus faltas de interés.

Solías gritar por las noches con las luces apagadas antes de dormir que yo jamás demostraba mi interés hacia ti, pero lo hacía. O eso intentaba. Pero estabas demaciado ocupado para notar todo el esfuerzo que hice para seguir contigo.

Y no eran tus virtudes las que me tenían atada a ti, sino tus defectos. No son las risas a mitad de la madrugada las que extraño, sino las peleas a mitad de la noche bajo la lluvia mientras todos dormían y solo existíamos tú y yo a mitad de la calle.

Y no es que no te haya dejado ir, sino que aún no dejo ir mi sufrimiento mientras estabas tú.

¿Por qué sigues intentando tapar el sol con un dedo para evitarme verte como realmente eres?