Han transcurrido dos años, desde aquel nefasto accidente en donde Selene sigue sin recuperar la memoria bajo las cálidas manos del empresario ruso Vlad Zelenskiy.
Por otra parte, el Jefe de los Yakuzas entrelaza relación con Dimitri para buscar ven...
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- ¿Quieres algo de beber ?- pregunta Ismail a mi lado tras haber terminado de cantar aquella mujer, y seguido los aplausos eufóricos de todos se hacen presentes en el interior del lugar.
Asiento - Algo suave - sugiero.
La tensión entre ambos es muy elevada pese al ambiente alegre en la que nos encontramos, pero aún así, Eminof habla - El idioma turco, parece asentarte muy bien -.
Me encojo de hombros - Tuve un buen profesor - hago entender que se trata de Vlad.
Me ubico en uno de los taburetes que descansan al otro lado del bartender que ajusta a su antojo cada preparado que exige su cliente.
- Dame el más suave que tengas, y un whisky - ordena tras colocarse en el taburete a mi izquierda.
La siguiente canción empieza a sonar y esta es mucho más alegre que incluso la mayoría empieza aplaudir de nuevo al unísono en cada letra que menciona.
Sin destacar en como el pie de la mujer se menea como un vaivén mientras canta.
- Que lo disfruten - comenta el hombre mientras deposita ambos vasos de licor delante de nosotros y luego irse.
Me giro un poco volviendo a mirar a la joven que cierra sus ojos sin despegarse del micrófono, al tatarear. Inconscientemente elevo la comisura de mis labios, sonriendo ante esa actividad. La forma en la que disfrutan su cultura al finalizar su día, es impresionante.
Un par de hombres se levantan con su tasbih en mano con intención de colocarse en el centro de la pista, delante de la mujer. Otros le siguen, alrededor de cinco más cuyos se toman de la mano y no tardan en bailar.
Su baile tradicional me emociona, he visto bailar un par de veces a diferentes hombres y su baile es único.
Mientras el primero se hecha hasta abajo en su forma extraña de arrodillarse mientras danzan, los demás le siguen la corriente.
Me devuelvo para beber un poco de mi bebida y me encuentro con los ojos del castaño, mirándome.
Trae una sonrisa en sus labios, también lo hago - ¿Qué?- murmuro.
- Nada, solo quiero verte - menciona.
Frunzo el ceño - ¿Porqué?- cuestiono - ¿Acaso eres un psicópata?-.
Se le escapa una carcajada, negando mis palabras - Te aseguro que si fuera un psicópata, no estuviera dando lo mejor de mi por recuperarte - aclara.
- ¿ Ah, si? - me mofo ante sus palabras - Creo que el casette de tu cerebro, no esta proyectando muy bien tus recuerdos de hace unos días atrás o quieres que te recuerde a donde me llevaste una vez que, me sacaste a rastras de la casa de Vlad -.
