Prólogo

2.7K 258 150
                                    

No puedo evitar rodar los ojos al ver a todos a mi alrededor comunicando sus nervios por las notas finales

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

No puedo evitar rodar los ojos al ver a todos a mi alrededor comunicando sus nervios por las notas finales.

Muchas hablaban de sus tesis, universidades, notas, y mucho más que no me interesaba.

Ayer a la tonta de mi manicurista se le ocurrió enfermarse y mis uñas son ya un desastre.

¡Debería llegar despampanante a la entrega final de notas del año! Nadie acepta sobornos de gente desaliñada. Y si lo hacen es porque son idiotas.

Que vergüenza que vean a una Im con uñas de hace más de dos semanas.

Hoy ni siquiera los idiotas llenos de líbido sexual y necesitados de contacto femenino están de humor para acercarse a mi, quizá por estar muy pendientes de si tendrán su beca deportiva y si al menos lograron graduarse, o quizá por tener a mi padre a la espalda.

—¡Nayeon-ah! —volteo hacia mi derecha, de dónde venía esa melosa voz—. ¡Que nervios! Espero estar de nuevo en el cuadro de honor este año también. ¡Es una lastima que te tengas que ir!

Sana chilla y solo atino a sonreírle y tomar su hombro. Siendo un año menor a mi, al igual que Momo, ambas lloriquean al tener que alejarme de ellas por los estudios, pues quién sabe a que universidad prestigiosa pagará mi padre para llevarme.

Realmente no me importa mientras den la mejor carrera de diseño que exista.

A diferencia de mi, Sana es muy aplicada y estudiosa, además de alegre y simpática, es amada y adorada por todos además de bastante codiciada por idiotas que quieren "arrancarle la inocencia". Sana es todo lo contrario a mi, por alguna razón igualmente le tengo un increíble aprecio.

Sana saluda también a mi padre, un hombre de pocas palabras que le tiene el suficiente aprecio a mi amiga para sonreírle de forma cálida y acariciar su cabello con dulzura.

—Uh, ¡Quiero saber a dónde vas! Supongo que aunque fuese al otro lado del mundo tendrás el suficiente dinero para venir los sábados de shopping, ¿Verdad? —habla con energía.

—Por supuesto, y siempre les traeré un regalo. —sonrío con sinceridad.

Mis años de primaria fueron difíciles precisamente por el absurdo poder y dinero que poseía mi familia. Mis "amigas" solo esperaban a que les diera un regalo caro antes de alejarse de mi. Ahora, en toda mi trayectoria de secundaria y preparatoria, usé eso a mi favor, pocas personas se acercaban a mi con miedo a hacerme molestar, sabían que con un simple «seamos amigos» no iban a tenerme tan fácil. Hasta que vinieron aquel par de dongsaengs japonesas a revolotear a mi alrededor y no interesarse solo en mi estatus.

Con el pasar de los meses, nos volvimos algo así como la "élite" del instituto. Por el simple hecho de llevar cosas caras y solo estar nosotras tres. La gente nos admira y teme al mismo tiempo, y muchísimas veces hemos usado eso a nuestro favor.

TutoraWhere stories live. Discover now