7. Hermanos O'Conner

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— Deja de moverte — regaño Brina a Roman mientras veía como el asesor subía piso por piso

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— Deja de moverte — regaño Brina a Roman mientras veía como el asesor subía piso por piso.

Todos estuvieron de acuerdo en que ella acompañará a Roman, si algo llegaba a salir mal. Brina buscaría la forma de salir de allí. Que ambos salieran.

— Para ti es normal entrar en este lugar, pero para mí es normal estar del otro lado.

Brina acomodó su saco, mientras Roman golpeteaba la caja que llevaba con sus pulgares.

Las puertas del ascensor se abrieron dejando que ambos pudieran caminar por el pasillo.

Un pasillo pequeño, no había forma de salir que no fuera por el ascensor. Vio una ventanilla.

— Recuerda, si llegas a confundirte déjame hablar a mi — murmuro Brina. — No intentes hacerte el gracioso Roman o ambos quedaremos del otro lado del lugar sin que puedan sacarnos.

— Haremos esto.

Roman tarareaba una canción, mientras los ojos de Brina miraban con atención cada rincón del lugar.

Cámaras. Salidas de emergencia y posibles micrófonos incrustados de forma sigilosa.

Todo estaba calculado.

— Hola bombon — escuchó Brina la voz de Roman. Se golpeó mentalmente. — Que lindas mejillas sexys.

— Este idiota — rodó los ojos la O'Conner.

— Me encantan los anteojos ¿dónde los compraste? ¿Son Gucci o algo así?

— Imbecil — Brina tosió.

La castaña logró ver cómo la mujer delante no entendía nada de lo que Roman hablaba. Su compañero se levantó de la silla de atrás para acercarse a donde estaban ellos.

— ¿No me entiendes?

— Cállate — susurró Brina. — Solo déjame a mi.

— No no no no no. No es posible.

El oficial se acercó a ellos por a través del ventanal que les separaba.

Tanto Roman como Brina sacaron sus gafetes de la policía.

— Soy el agente especial O'Conner del Buró Federal de Investigación — se presentó Roman.

— Agente de la Interpol, Brina O'Conner — Brina sacó su placa.

— Dice caucásico — leyó el oficial en la credencial de Roman. — Y que son hermanos, con todo respeto no tienen nada que se les parezca físicamente.

— Es adoptado — respondió Brina guardando su placa.

— Estoy bronceado — respondió Roman. — Y la historia de que soy adoptado se la cuenta a todos — el moreno miró de reojo a la chica a su lado. — También hace mucho calor aquí.

GANGSTA'S PARADISE; Han Lue Où les histoires vivent. Découvrez maintenant