Rueda los ojos.

—¿Y a dónde vamos?—Nos pregunta.

—A Lyon, cerca del bosque Luna Negra—Respondió Cyprian.

—Uy, el bosque de los demonios—enciende el auto.

El viaje se volvía más incómodo a medida que nos acercabamos a ese pueblo. Todo lo sucedido a finales del verano viene a mi mente, creo que a la mente de los tres. Se que el profesor Logan no eligió este lugar por coincidencia, quería estudiar lo que más le apasiona: demonios.

Volteé a ver a Cyprian, y él tardó en despegar su vista perdida entre la carretera, me mira y comprende el brillo en mis ojos. "Estoy bien" modula sin hacer ruido. Al cruzar por el centro, en el callejón de una bar había un tumulto de gente y patrullas.

—Diosa ¿Qué habrá pasado?—Cuestione, con un fuerte escalofrío.

Fruncí el ceño al ver un cuerpo tendido en el suelo, pero algo peor pasa, de él salían pequeños hilos negros. Los tres nos miramos, haciéndonos la misma pregunta.

¿Fue Eckvan?

Llegamos a su pequeña cabaña a pocos metros del bosque. Damian se estaciono como el bruto que es, levantando un poco de polvo. Nos bajamos, y Cyprian sube al porche primero para tocar. Damian a pasos lentos, va hacia la ventana para fisgonear. Cyprian toca nuevamente, pero nadie atiende.

—¿Profesor Logan?— pregunta Cyprian alzando la voz.

—No está—Dice Damian.

Suspire.

—Entonces vamon...—Me callo cuando Cyprian revienta la perrilla de la puerta con un hechizo.

Su casa era un verdadero desastre, muebles destrozados, papeles esparramados por todo el piso de madera.

—Creo que alguien se nos adelantó—Dice Nik.

—Él siempre traía una libreta de apuntes—Explica Cy.— Hay que buscarla.

Entramos a la cabaña, Cyprian va directamente a su escritorio. Nik busca entre los escombros de un mueble y yo en los papeles tirados.

—¿En serio nadie va a preguntar dónde está o qué le pasó?—Exclama Damian, se lanza al sofá y ojea el vaso de licor en la mesa de centro, llena de hojas de papel en blanco.

—Por los destrozos y la clara violencia es obvio de quién se trata, e intentar rescatarlo es una misión suicida.—Dice Cyprian, hurgando en un cajón.

Damian me mira con el ceño fruncido.

—Amina Belanger—Respondí, con intenciones de asustarlo y funcionó.

Palidece un poco, y se limita a hacer una mueca rara con sus labios tratando de disimularlo. Se lleva el vaso de whisky a la boca. Niego con la cabeza y puse los ojos en blanco, cansado de su presencia.

—Carajo ¡No está! —Cyprian golpea el escritorio con rabia.

Nik y yo fuimos rápidamente hasta él.

—Calmate, hermano—Nik acariciaba su hombro.

—Tal vez no deberíamos saber lo que dice— Dije.

—Esta es la única esperanza que tengo de recuperar a mamá, Carlos, no voy perderla...

Fue interrumpido cuando Damian expulsa todo el whisky de su boca como si fuera un puto aspersor sobre la mesa de centro. Contraigo mi cara de asco, él se levanta con urgencía, llendo a lavaplatos.

—¿Qué rayos te suceda, imbécil?— Cuestiono, enojado.

Enciende el agua fría y comienza a hacer gárgaras con ella. Trata de hablar con la boca llena, y al escupir, sale una gran cantidad de sangre. Suelto un chillido de impresión.

Sword Onyx [3]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz