Capitulo 2.

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Meses antes.

- ¡Mamá!.- gritaba Jungkook desde su habitación mientras  estaba sentado en el suelo  rodeado de muchísima ropa.- ¡Mamá!.- volvió a llamarla pero seguía sin responder, se levantó y salió corriendo en busca de la omega pero no se encontraba en ninguna de las habitaciones cercanas a la suya así que bajo las escaleras corriendo hasta que justo antes de bajar el último escalón se encontró con la mirada de su mamá que para nada transmitía alegría, el omega le sonrió y bajo tranquilamente lo que le faltaba de la escalera.
- Jungkook, te he dicho que no bajes así te puedes caer.- regaño la señora Jeon a su cachorro de 18 años porque sin importarle la edad que tenga para ella sus hijos siempre serian sus cachorros. El omega le volvió a sonreír a su mamá para que no lo regañara más y funcionó porque la omega le regresó la sonrisa y le apretó sus mejillas.- No lo sigas haciendo la otra vez te resbalaste y te lastimaste la espalda...
- Y quede lleno de moretones.- interrumpió Jungkook para terminar el sermón que su mamá le recitaba cada que vez que bajaba de aquella manera las escaleras. La omega solo negó con la cabeza y le dio un ligero golpe en el brazo.- Mamá,  tus golpes me van a dejar igual que cuando me caí.
- Eres un exagerado.- la señora Jeon regresó a la sala donde estaba mirando un programa de cocina, se sentó y Jungkook hizo lo mismo a lado de ella pero tomó uno de los cojines del sillón para abrazarlo. El omega estaba más que  cómodo y toda su atención se fue a los concursantes del programa que utilizaban unos moldes para cortar la masa para hacer galletas.- Hace rato estabas llamándome y ahora no dices nada.
- ¡Ohh!, Cierto.- Jungkook seguía observando la televisión.- Estaba buscando mi suéter gris y mi sudadera azul.
- El suéter lo guardaste en la ropa SooBin y ...- su mamá se quedó pensativa tratando de recordar.- ¿Cuál sudadera?. Ayer guarde varias en tu closet, ahí debe de estar.
- Es azul marino y tiene letras rojas pero ya saque toda la ropa y no la encuentro.-  respondió el omega mientras su mamá no entendia porque sacaba toda la ropa si ella apenas la había doblado, amaba a sus cachorros pero odiaba cuando al mayor se le ocurría buscar algo y sino lo encontraba hacia un desastre por donde pasara.- ¡Ya me acorde! La deje en casa de HaNeul hace una semana que hicimos la pijamada.

La señora Jeon abrió la boca por la sorpresa de lo que acababa de escuchar; estaba en lo cierto cuando dijo que su hijo todavia era un cachorro aunque tenía que admitir que era más ordenado y cuidadoso de pequeño.

- Tranquila mamá.- Jungkook la abrazó y le dio un sonoro beso en la mejilla.- Te prometo que dejaré impecable mi habitación antes de irme a Seúl.

Ahora prefería limpiar el desorden de Jungkook con tal de que no dejara su casa pero seria egoísta pedirle algo así al omega que estaba ilusionado con estudiar en Seúl junto a sus mejores amigos: HaNeul y EunWoo.
Sólo le sonrió a su pequeño y le acarició el cabello, era difícil y triste dejarlo ir pero al verlo tan feliz, con sus ojitos brillando e ilusionado lo compensaba todo y por lo menos tendría a sus amigos que llorarian con ella porque seguramente estarían igual mientras HaNeul y EunWoo preparan todo para su viaje en compañía de Jungkook.

- ¿Te falta mucho por empacar?.
- Si...no...- el omega solto una risita y se levantó del sofa.- Más o menos estoy revisando que ropa me voy a llevar, los zapatos ya los empaque, libros,  demás cosas personales ya están listas y también las cosas que nos dividimos entre los tres para no cargar tanto.
- Que bueno que tienen a HaNeul para organizarlos, ¿Vas a ir a su casa?¿Tambien EunWoo?.- cuestionó su mamá y él solo asintió.- En tu closet guarde varias prendas que han olvidado, deberías llevárselas a lo mejor las están buscando.
- Seguramente, mamá.- Jungkook le dio un beso más y subió a su habitación.- Gracias.

Jungkook entró a su habitación y soltó un largo y triste suspiro, parecía que había pasado un tornado en su habitación; había ropa tirada por todas partes hasta en la lámpara y sus maletas estaban vacías sobre su cama ¿En serio, eso lo había hecho él?
Ya sabia la razón de que su mamá se espantaba cada vez que buscaba su ropa, siempre tenía la razón pero en su defensa esta vez era para saber que tenía y que podía llevarse, es más, no sabía que tenía  tanta ropa y de algunas ni siquiera se acordaba.
Ahora si ya era hora de empacar no podía seguir retrasandolo y aunque no le agradará tendría que dejar algunas cosas pero apesar de ello, estaba muy emocionado porque en unos días se iría a vivir a Seúl junto con sus mejores amigos además que entrarían juntos a la Universidad.

Mi destinado oculto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora