★ . ꜝꜞ ᳝ ࣪ 'Singing from heartache from the pain, taking my message from the veins, speaking my lesson from the brain, seeing the beauty through the pain
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Donde Jiwoo y Chishiya se conocen dentro de un hospital gracias a la frecuencia...
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La humanidad había estado prediciendo el fin del mundo durante siglos, pero siempre parecía estar lejos y fuera del alcance. Esta vez, era diferente, el fin del mundo era completamente distinto a cómo la humanidad lo imaginaba, completamente distinto a cómo ella lo imaginaba. Según su película favorita, en vez de juegos de supervivencia, la tierra se desintegraba bajo el efecto de una serie de cataclismos. Algo muy diferente a lo que ella vivía.
No es que odiara vivir en esa realidad, de hecho, había cosas que amaba —comida gratis, libertad de hacer lo que quiera y no ir a estudiar— pero aún así extrañaba el antiguo mundo.
Su rutina no era muy diversa. Daba vueltas en una bicicleta rosada por el centro comercial en el que se hospedaban, entraba a los comercios con el poder de poder agarrar lo que quisiese y como siempre, le parloteaba a Hyeok TODO EL DÍA.
Hasta que sus visas se agotaban. Ahí tenían que salir a jugar por sus vidas.
Los juegos que habían jugado últimamente no habían sido muy complejos, no pasaban la dificultad tres y eran realmente fáciles. Hace unos días habían llegado a la conclusión de que mientras más alto fuera el número de las cartas, más complejo sería el juego. Por lo que no se arriesgaban a jugar a menos de que fuera necesario.
Y además, no había exigüidad de comida —por el momento— ya que se habían dado de cuenta de cómo todo se pudría más rápido y que el tiempo transcurría de manera veloz, por lo que priorizaron los alimentos con menor tiempo de caducidad.
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En este momento, Hyeok se encontraba cocinando la cena para ambos. Jiwoo había ido a recorrer el edificio por quichicienta vez en el día, a hacer quién sabrá quien.
Siguió revolviendo aquella sopa de verduras mientras esperaba que la chica regresara. Estaba a punto de levantarse a ir a buscarla cuando una cabellera morocha y blanca se asomó por la puerta.
—Volví —anunció mientras se acercaba a él con una bolsa de compras
—Vas a dejar el puto centro comercial vacío si sigues así, Woo. Deja de saquear cada tienda que logras captar dentro de tu campo visual —la regañó, dándole un pequeño golpe en la cabeza, haciendo que ella se quejara.
—Te traje gomitas ácidas. Cierra la boca — le devolvió el golpe.
—Gracias — dijo mientras rápidamente sacaba la bolsa de golosinas de la bolsa.
—Imbécil —
Una serie de palabras salió de la boca del chico, la cuál se encontraba llena de las golosinas. “Sabes que me amas” logró descifrar ella.
—Definitivamente sigo contigo por interés y porque logras leer la fecha de vencimiento en los productos , no te creas la gran cosa —
