IV

105 7 60
                                    

Capítulo 4:
" Lo que nosotros somos. "

La frialdad estaba inundando las calles de la ciudad, a pesar de ser primavera y estar iniciando en estos meses de la temporada, la brisa helada no faltaba durante las noches y era una combinación que no se sentía desagradable.

No era tarde como tal, pero sí el horario en el que varios locales cierran sus negocios.

Y uno de esos negocios, era la cafetería La Rose, una que apenas estaba por cumplir su tercer semana desde que abrió, por un hombre gerente ya algo mayor, este era muy amable y se alegró de que tres jóvenes desearan trabajar de meseros, de tiempo completo mientras buscaba a más personas, claro.

No era pesado, en realidad, ese lugar era muy tranquilo y en tan pocos días se había ganado muy buenas calificaciones.
Omitiendo a algunos clientes que se vieron afectados por haberles derramado sus bebidas encima.

La puerta de madera caoba con ese cristal de ventana y con un cartel que te decía si estaba abierto o no, más uno negro de metal colgado en el lado posterior con dos cadenas, un pequeño farol y una ventana más grande que se extendía en el frente, dejando ver el interior, las paredes color crema que estaban limpias no tenían imperfecciones, todo eso acompañado del aroma constante de la cafeína, el chocolate, crema batida y repostería daba un ambiente muy lindo y acogedor.

Cruzando la parte inicial de la cafetería y la barra donde se pedían las órdenes, a la derecha había una puerta que tenía acceso al cuarto donde se guardaban la mayoría de las cosas y una mini cocina.

Ahí estaban dos chicos, ordenando las cosas con música de fondo, uno de ellos tarareando y cantando en ocasiones la canción que oían.
Tenían el modo aleatorio, salían diferentes de la lista de reproducción pero a los dos les gustaba.

—Debería ir a un concierto de ellos algún día.— El chico que tarareaba murmuró, poniendo las tazas blancas que recién terminaba de secar con servilletas dentro de la alacena.

Por accidente, una se resbaló de su lugar pero esta misma fue rodeada de un color rojo algo fulminante que detuvo su caída en el aire y se movió hasta ponerse de vuelta en el mueble de la pared.
—Uop, casi se me cae esta.— Se río, la taza dejó el aura rojiza volviendo a la normalidad y el joven la giró con su dedo, después cerró la puerta pequeña.

Sacudió sus manos con una sonrisa pintada en los labios y posó las dos manos en cada lado de su cadera.
—Bien, ya está.— Dio por concluído que ya había acabado pero cuando volteó a la barra de abajo, todavía quedaban cinco tazas más y enseguida le cambió la cara, soltó un quejido dejando sus brazos caer flojamente.

—¡Agh! ¡No me jodas!— Maldijo sin discreción, mirando con desagrado por la pereza de terminar.
Gruñó y se acercó a los trastes faltantes.

—¡Suehiro! ¿Quieres ayudarme con esto? Ya me quiero ir a dormir.— Murmuró la última frase, frunciendo el entrecejo, tomando con agresividad una taza y secándola como ya había hecho con las últimas doce.

El que fue nombrado se volteó de reojo hacia su compañero, él tenía un cabello en un mismo tono oscuro nocturno del cielo, como un vacío profundo, de un largo que sobrepasaba sus hombros cortado en capas casi aleatorias, agregando dos mechones más largos a los costados, unos dos más cruzados por su cara hacia su nariz y otros cortos que seguían por el resto de su frente, lucía rebelde y alborotado, como usualmente lo hace.
Poseedor de dos orbes coloreados de un amarillo citrino y tonalidades más oscuras alrededor, como dos piedras preciosas claras y brillantes reflejando todo lo que ve, sus ojos rasgados y caídos en una expresión relajada tenían pestañas largas muy atractivas y una mirada cautivadora por la que cualquiera se fascinaría.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 04, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

" hunters and wizards " [bsd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora