Capítulo 6

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Alberto y Ramiro encontraron una escoba, la rompieron de manera que solo les quedara el palo, Cassandra encontró un tenedor tirado junto a un sillón lleno de moho, lo tomó y se lo guardó en su pantalón.

—Tal vez deberíamos buscar la cocina, capaz y encontramos un cuchillo —dijo Alberto.

—¿Para qué un cuchillo? —chilló Sara.

—Pues para defendernos, si es que se llegara a necesitar.

—Es buena idea, vamos a dividirnos, para buscar la cocina, esta casa es tan extraña, deberíamos también empezar a revisar las habitaciones —dijo Ramiro.

—¡No! —-dijeron Cassandra y Sara al unísono.

—¿No ven todo lo que nos está ocurriendo y ustedes quieren que nos separemos?, no es prudente hacerlo, es más, deberíamos cancelar esta exploración, y venir tal vez otro día —dijo Cassandra muy alterada.

—Ni de día volvería a entrar yo a este lugar —dijo Sara.

—No podemos salir todavía, aún no hemos explorado todo. Además, no podemos dar marcha atrás, ya estamos aquí y no podemos permitir que el miedo nos domine —respondió Ramiro, tratando de mantener la calma y liderar al grupo.

Cassandra se aferró al brazo de Sara y la llevó con ella hacia el sofá, se sentó y le dijo a Sara que se sentara junto a ella.

—Nosotras no nos moveremos de aquí —dijo Cassandra —vayan ustedes, aquí los esperamos, me rehusó a continuar, aparte, no me estoy sintiendo bien, me siento mareada y con náuseas, y ¡miren como está Sara!, no para de temblar.

Alberto suspiró y Ramiro se sobó las sienes.

—Está bien, nosotros dos iremos solos, cualquier cosa, envíen un mensaje al celular —dijo Ramiro.

—¿Celular?, yo no he traído el mío —dijo Cassandra, Sara negaba con la cabeza, ella tampoco había traído el suyo.

—¿Tú traes el tuyo? —preguntó Ramiro a Alberto.

—Sí, lo traje conmigo —comenzó a buscar en su pantalón pero no lo encontró —tal vez se me cayó, no logro encontrarlo.

—Busca en tu mochila, tal vez lo pusiste ahí y no recuerdas —dijo Cassandra.

—Definitivamente eso es algo que recordaría —dijo Alberto con molestia —pero bueno, ayúdame Ramiro, échame luz con la lámpara, para buscar en la mochila. Así lo hizo Ramiro, pero por más que busco no encontró nada.

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