1 - "I did it for you."

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MexAus.

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La gente comenzó a llegar y tomar sus respectivos asientos. Austria suspiró una vez más en el poco tiempo que llevaba ahí. Había mucha gente alrededor suyo, cabía la gran posibilidad de que su presencia ni siquiera fuera notada. Eso esperaba.

— ¿Qué has reunido de este caso?

— Para mi gusto, muy poco. Pero espero que esta sesión pueda darnos más información, algo me dice que hay más en esto, pero no ha salido a la luz y queda muy poco tiempo.

Podía escuchar las conversaciones de los demás, pero poco importaba, solo quería salir de ahí cuanto antes. Sus pensamientos quedaron varados en los diversos recuerdos que compartía con el enjuiciado, en la forma tan especial en que siempre le trató. En el amor tan grande que siempre compartieron. Estuvo tan perdida que no se enteró de en qué momento la sala se llenó por completo con todos los participantes, hasta que la voz de un oficial presentó a la jueza, por lo que todos los presentes se levantaron con respeto.

Sabía que la jueza ya comenzaba a hablar, pero lo único que podía tener en mente era al mexicano. Aquel pobre desdichado que estaba siendo sometido a ese juicio. 

Su vista se fijó en él, lucía tan cansado y enojado, parecía que las esposas realmente le estaban lastimando. Ella deseaba que México pudiera fijar su vista en ella, pero al mismo tiempo sabía que si eso pasaba no soportaría e iría a liberarlo. México por su lado se mantenía quieto escuchando a medias todo lo que decían, estaba harto, quería irse de ahí. Lo único que quería saber era que lo declararan inocente y ya, pero parecía que la suerte no estaba de su lado.

Esa era la última sesión. Era el día en que se decidiría su culpabilidad o su inocencia.

La sesión continuó, y cuando se acercaba a su fin fue que Austria subió de nuevo su mirada al mexicano, quien curiosamente ahora miraba a todos los presentes con atención. Quizá fue mala suerte o alguna especie de castigo divino, pero ambas miradas colindaron. Austria no pudo despegar su mirada de la de él por todo el nudo de sentimientos que se ahogaban en su garganta y pecho, mientras que el mexicano no despegaba su mirada de ella debido a que aún no lograba reconocerla del todo al estar entre tanta gente, pero sabía que la conocía.

Y en el último segundo, antes de las palabras finales de la jueza, la reconoció. Sus ojos se abrieron con más sorpresa aún, quiso levantarse y quitarse las cadenas, pero el oficial a su lado le hizo sentarse bruscamente por medio de un jalón.

— Por ello, revisando detalladamente cada expediente y pruebas contra el acusado, el señor México se declara culpable de homicidio, además de un intento de rapto contra la señorita Austria. La corte le sentencia cadena perpetua de 20 años en cárcel sin libertad condicional.

La jueza golpeó su mazo contra la mesa y se dio por finalizado el juicio, por lo que los oficiales levantaron al mexicano de su asiento, listos para llevárselo. Pero el norteamericano se levantó y comenzó a forcejear y gritar con desespero, intentando llegar a la austriaca.

— ¡No! ¡Austria! ¡Hice esto por ti, y lo sabes!¡Díselos!

La austriaca bajó la mirada, varias lágrimas bajaron por sus mejillas mientras seguía el forcejeo, por lo que los oficiales recurrieron a más violencia contra el mexicano.

— ¡Deja de hostigarla, idiota! —gritó uno de ellos, golpeándolo con su bastón policial en la nuca. Pero el mexicano seguía luchando.

— ¡Lo hice por ti, Austria! ¡Diles que lo hice por ti, porque te amo!

Austria siguió sollozando, la jueza ordenó silencio y que la señorita afectada fuera retirada de la sala con el fin de no escuchar semejantes barbaridades. Uno de los oficiales presentes se encargó de llevarla con gentileza hacia la salida mientras que el alterado mexicano seguía llamándola y pidiéndole que no lo dejara ahí. Austria cerró sus ojos para calmarse.

— ¿Está bien, señorita?

Ella solo asintió, limpiando inútilmente sus lágrimas pues nuevas salían enseguida. El policía le extendió un pañuelo, asegurándole antes de regresar a la sala que no volvería a ser lastimada por ese hombre jamás. Ella se quedó ahí unos momentos más mientras los gritos de quien fue su amado se hacían cada vez más lejanos. Suspiró y por fin se retiró al cabo de un rato, un torbellino de recuerdos llegaba a su cabeza, pero no podía hacer nada ya por él. Subió a su automóvil y tomó un hondo respiro antes de arrancar e irse a casa, donde probablemente más recuerdos le aguardaban.

¿Era justo? ¡Claro que no!

Una pequeña sonrisa fue cruzando sus facciones, aunque aún un par de lágrimas se resbalaban por sus rosadas mejillas. Si que había sido injusta con el pobre de México, pero ¿Quién se resistía a una "pobre e indefensa mujer desamparada"?

Es cierto, México había sido el más grande amor que tuvo, aún lo amaba con locura, pero no podía permitirse una vida en la cárcel. Cuando su en ese entonces novio México le dijo "Haría lo que fuera por ti", quizá ella lo tomó muy literal. Su novio era el más encantador y simpático hombre que había conocido, pero después de haberlo obligado a matar a su jefe todo cambió. Austria tenía problemas en el trabajo, y sabiendo que al ser la vicepresidente de la empresa podía pasar a la presidencia de la misma con la ausencia de su jefe, no quiso desperdiciarlo. Llamó a su novio y le comentó la situación, claro que el mexicano se negó, pero una simple pregunta le hizo cambiar de parecer. 

"¿Acaso no me amas, Mex?"

Haciéndole sentirse culpable al recordarle sus desvelos por trabajo, sus dolores de cabeza, su esfuerzo pisoteado, México terminó por aceptar. Austria se encargó de decirle la forma en que sería organizado el asesinato, tendrían que disolver en ácido a aquel hombre para jamás levantar sospechas. Todo habría sido perfecto, si tan solo su novio no tuviera un corazón tan noble. México se sentía culpable y quería contar todo a la policía, pero eso significaría que ella tendría que ser encerrada junto a él por ser la cabecilla que había organizado todo y la principal culpable. No podía arriesgarse. Así que fingió que su propio novio la había tratado de raptar luego de haber asesinado a su jefe por celos.

—Lo siento, mi amor. — dijo mientras esbozaba una pequeña sonrisa y conducía. — Espero que sepas que te amo mucho.

Y así era. Lo amaba aún. Pero no se arriesgaría a vivir en una cárcel cuando su sueño apenas estaba cumpliéndose. México tendría que hacer ese pequeño sacrificio por ella y quizá, cuando él saliera de la cárcel, podrían volver a intentarlo. Después de todo él aún la amaría, ¿no? Así tenía que ser. Porque fue cierto lo que el mexicano dijo:

Lo hizo por ella.

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||° Resubiendo porque este inocente fue víctima de la masiva eliminación de los fanfics que tuvieran que ver con el rojito innombrable. Pero eso no me va a detener jsjs este fue de mis favoritos libros porque me permitió explorar lo que yo podía escribir cuando de Angst se trataba. Me encanta escribirlo, a pesar de que no logro escribir lo que me gustaría plasmar de ese tipo de tramas. Aún así, espero que les haya gustado, estaré resubiendolo poco a poco, para ir dándole un vistazo a pequeños detalles que haya pasado por alto. 

Aún no decido que haré con los demás libros de Third R y México, al final me voy a basar en el recibimiento que tenga este libro resubido para decidirme con los otros dos.

¡Gracias por leer! Los leo. ;) Cuídense, nos vemos.   

Angstruary. [2022 - Resubida]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt