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Tardó un poco en procesar lo que acababan de decirle; pensó, por un momento, en que todo se trataba de una broma de mal gusto pero ese no era el estilo de sus "amigos"... si es que podía llamarlos de esa manera.

—Son unos hijos de puta— le parecían las únicas palabras adecuadas para la situación —Unos reverendos hijos de puta—

Se sacudió los intentos de abrazo de Lisandro e hizo oídos sordos a las disculpas de Nahuel. No los quería ni ver. Ya no sabía si era la indignación o la vergüenza lo que le calentaba las mejillas.

—Dale, Cuti— le insistió Lisandro alargando las vocales —Fue todo por tu bien—

—¿Cómo que por mi bien Lisandro? ¿No era más fácil decirmelo directamente?—

—Ya estás grande, boludo. Hay cosas que tenes que aprender por tu cuenta, yo no puedo ir por la vida explicandote todo—

Cristian lo miró entrecerrando los ojos, no tenía sentido ponerse a discutir con Lisandro cuando se ponía así, así que decidió direccionar su enojo a un objetivo más fácil.

-—Y vos!— Nahuel lo miraba con los ojos abiertos de par en par, como un animalito pidiendo piedad pero Cuti no iba a caer por esos trucos baratos —De Lisandro me lo espero pero ¡vos!—

—Perdón, negro— volvió a disculparse con su carita de perrito mojado, ignorando el quejido indignado de Licha —Pero Sonny nos pidió ayuda y, seamos sinceros, hace años venimos con lo mismo—

Ah. Justo en el blanco.

No le gustaba pensar en todo el tiempo que les hizo perder con su estupidez. Cuántos años tirados a la basura porque él no fue capaz de darse cuenta de algo tan obvio. Tanto tiempo que a Heungmin no le quedó otra que pedirle ayuda a sus amigos.

Ya no tenía ganas de pelear ni reclamar, de pronto sentía el cuerpo pesado por la culpa. Se tiró en el sillón con la cabeza escondida entre sus manos, Licha y Nahuel uniéndose a cada uno de sus lados, el primero dibujando círculos en su espalda y el otro con una mano firme en su rodilla.

—Soy un pelotudo— dijo, el autodesprecio cargando todas sus palabras.

—Bueno, che, tampoco es para tanto— lo retó Lisandro quien no iba a permitir que su amigo hable así de si mismo bajo su guardia —Lo importante es lo que hagas a partir de ahora—

Eso lo levantó un poquito.

—Bueno...estaba pensando en algo—

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No puede sentir sus extremidades, es lo primero que nota al despertar. Lo segundo es que se durmieron con la luz prendida a pesar de repetirle una y mil veces al boludo de Lisandro (perdedor del piedra, papel o tijera más intenso de la historia) que se levantara a apagarla. Aún así, la mañana esta lo suficientemente avanzada como para que el brillo artificial no pueda competir con la luz natural que se filtra por la ventana.

Es hoy.

Probablemente el día más importante de su vida.

Si no fuera por el peso de la pierna de Licha en su cintura y la cabeza de Nahuel en su pecho estaría pataleando por los nervios y la emoción cual quinceañera enamorada. Es hoy, es hoy, es hoy. Tiene un cosquilleo incesante en el pecho. Es hoy. En unas horas tendrá la oportunidad de enmendar los últimos tres años, redimirse de toda su estupidez. Besar a Sonny. Su Sonny. Hacerlo feliz, por fin.

En el fondo de su mente hay una perlita de ansiedad dando vueltas: ¿y si entendió mal? no es posible que Heungmin de verdad esté enamorado de él, hay mejores pretendientes, personas que no ignoraron sus sentimientos por años. Hace lo posible para evitar que estos pensamientos echen raíz, no es el momento.

celestino                [cutison]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora