Capítulo Tercero

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Buenas noches.

Ah, eh, perdón. No me dí cuenta de que había pasado un mes (maybe two, maybe five...) en fin, eso: perdónnn♡♡
soy un desastre que tiene un fic organizado hasta el final pero que no tiene ni cuatro capítulos. :)
ah coso, no sé cada cuanto voy a actualizar, aunque casi nadie lo lea lo voy a seguir cuando tenga ganas ; - ;
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Un silencio incómodo se produjo, perdurando casi veinte minutos.

Mikey se sentía muy, muy, muy fuera de lugar. Era como si estuviera pegado ahí a la fuerza -aunque en realidad así era porque, bueno, debía estudiar obligatoriamente-.

Bob, tranquilo y mostrándose indiferente, miró a su madre y le dijo:
- Estaremos estudiando arriba. Por cualquier problema puedes, ehm... tocar la puerta antes, ya sabes.

La mujer, un poco extrañada, le sonrió a su hijo y asintió. - Está bien. También, si necesitan algo sólo avísenme, yo estaré administrando y ordenando algunas cosas.- Luego de eso, se paró. Alisó la falda del vestido rosa que le llegaba hasta las rodillas y sonriéndole esta vez a Mikey se retiró de la sala de estar y entró por una puerta de madera blanca lisa a otra habitación.

-¿Vamos?-Preguntó el rubio. El de anteojos asintió y lo siguió.
Las escaleras parecían interminables para Mikey, quien se sentía muy, pero muy raro en esa casa, y más con el silencio que había entre ellos dos ahora que la madr... Helen se había retirado. Era simplemente incómodo, en todos los sentidos.
Los escalones se terminaron y ambos chicos siguieron caminando por un pasillo hasta llegar a la puerta de una habitación que parecía ser la de Bob.
Sin esperárselo, chocó con su espalda, sin darse cuenta. Apenado, se disculpó en voz baja y titubeante.
El rubio sólo lo miró mal -o eso sintió Mikey- y abrió la puerta.
- Pasa.
El de anteojos asintió y atravesó la puerta, entrando a la habitación.
Woah.
Era genial.
No había palabras para describirlo. Era básicamente el paraíso para el castaño.
Pósters de Batman adornaban las paredes, también algunas carteleras de clásicos del terror como The Shining, It, e inclusive cómicos como The Rocky Horror Picture Show aparecían ahí. Era genial, Mikey se sentía como en un tipo de sueño friki del que no quería despertar porque, vamos, ahora que lo veía, ¡Tenía tres malditos estantes repletos de cómics de diversos superhéroes! ¡Dios! ¡Era la gloria!
Siguió observando la habitación con ojos soñadores y expresión de fascinación, hasta que un carraspeo lo interrumpió.
-Eh, ¿Podrías sentarte ahí - señaló un pequeño sofá azul oscuro frente a una mesita- y sacar tus cosas?
A pesar de la mala actitud del rubio, Mikey volvió a obedecer y, dejando su mochila a un costado, se tiró en el silloncito, lo más tranquilo posible.
Bob se acercó y se sentó en el otro sillón frente a Mikes. Entendió la mirada que el ojiazul le dirigió y comenzó a sacar su carpeta de Biología, su libro y un pequeño cuaderno de apuntes color verde.
-Okay, ahora empecemos. ¿Qué están trabajando con Alicia?
"Oh" pensó el castaño. "Deben llevarse demasiado bien como para que la llame de forma tan casual"
-Ehh... Embarazo en la mujer, cómo lo sobrelleva, métodos anti...anti...
-¿Anticonceptivos?- preguntó alzando una ceja.
-Eso.- respondió Mikey un poco avergonzado por su inutilidad.
-Mierda, si no recuerdas eso tienes que estudiar. No sabía que eras tan tonto en biología, pero me sorprendes.
Michael se molestó pero no dijo nada. Ya tendría la oportunidad de insultarlo así, o peor...
Por lo tanto, sólo se quedó esperando a que Bob realizaba algunos ejercicios para él.

-*-

Mientras Mikey resolvía algunas preguntas sobre los distintos métodos anticonceptivos, Bob levantó la cabeza para observarlo.
Su aspecto no era del todo bueno.
Se veía... raro.
Es decir, no raro de una forma mala (tal vez un poco sí, pero igual) sino que simplemente raro.
Su cara flacucha con la barbilla marcada le provocaba gracia.
También sus lentes eran divertidos. Es decir, no le quedaban para nada mal, pero el color blanco de esos y el grosor tampoco eran muy buenos.
El corte no le favorecía mucho, ese corte pegado a la cara, castaño y con mechones rubios no era "lo mejor"que podría haber elegido.
Sin embargo, el negro le quedaría bien.
Muy bien, de hecho.
Resaltaría su palidez...también sus ojeras, pero esas realmente le iban.
También le daría más forma y contorno a esos finos labios, que ahora estaban fruncidos.
Rió internamente. Era divertido, en parte.
Siguió observando su cara.
La expresión de frustración que tenía en el rostro le daba un poco de ternura, debía admitirlo.
Pero al ver el moretón mal cubierto que tenía en la mejilla se molestó.
¿Qué era eso?
¿Quién carajos lo había golpeado, y por qué?
Sintió ganas de acariciar el golpe. Calmarlo...
¿Qué?
Bob golpeó la mesa con su palma repentinamente al darse cuenta del rumbo de su mano directo a acariciar la mejilla del otro y Mikey se sobresaltó, tirando un lápiz al suelo y desordenando algunas hojas.
El rubio se disculpó frente a la extrañada mirada del menor y lo invitó cortesmente a retirarse.
Michael recogió sus cosas como pudo y bajó por las escaleras, no sin antes saludar vagamente al mayor con un movimiento de mano. Bob lo ignoró y cuando salió, cerró la puerta de su habitación.
Antes de abrir la puerta principal, el castaño saludó a Helen, y se retiró del lugar, completamente confundido y con muchas dudas y preguntas en su cabeza.

Mientras que Bob se planteó casi todo.
¿Qué había pasado? No lo sabía.
¿Por qué había reaccionado así?
¿Por qué el escuálido?
¿Quería que se repitiera?... Tampoco lo sabía.
O bueno, si lo sabía, pero no quería admitirlo.
No, mierda, no.
Basta.
Se acostó a dormir... Más bien, se tiró directo a la almohada, a pensar, o a refunfuñar.
No creía que haya sido buena idea aceptar ser tutor... Presentía que le iba a dar muchos problemas.
Pero por ahora, debía descubrir quién había golpeado al pobre chico.
Sin embargo, seguía sin saber por qué le agarraba esa sensación de querer proteger... casi como una... Mamá gallina.
.
.
.
Mala comparación, Bob, mala comparación.

-*-

Mikey pensaba profundamente en todo lo que había pasado en la casa del rubio.
No sabía a qué había venido ese repentino golpe, es decir, Bob no parecía una persona -tan- agresiva, por eso mismo lo habia sorprendido.
La verdad era que ya no sabía qué pensar. Todo el mundo lo dejaba desconcertado últimamente.
Primero su padras... el esposo de su madre abusándolo sin razón alguna.
Luego Pete, asombrándolo con un extraño tipo de confesión -que la verdad le parecía más un enamoramiento de verano que amor real-
Y ahora Bob, golpeando cosas de la nada. Echándolo de su casa. Interrumpiendo su supuesto estudio.
Y es que, mierda, ¿Por qué pasaba todo esto?
Se sentía estresado.

[Ojalá pudiéramos volver el tiempo atrás, a los buenos días del pasado...

-*-

El profesor se sentó en la silla frente a su escritorio, y dejó los papeles -entre ellos exámenes, trabajos prácticos y presentaciones- en la mesa.
Agotado, trató de hacerse un café, pero falló al primer intento.
No tenía ganas de nada.
Simplemente acostó su cabeza en el posavasos que estaba ahí y se durmió.
Alguien tocó la puerta suavmente, y, al no recibir respuesta de parte del profesor, entró.
-Permiso...
El chico rió al verlo así de agotado. Se acercó silenciosamente al profesor y acarició su hermoso cuello tatuado, cubierto ligeramente por la camisa blanca que debía usar para dar clase.
Frank emitió un sonido parecido a un ronroneo, acariciándose con la ya conocida mano del otro, y buscando más su calor.
-G...- pero lo interrumpió.
-Shhh. Debes descansar. El estrés te hace mal.- respondió el más joven suavemente, depositando un beso entre sus cejas y abrazándolo.
Así se quedaron por un largo rato.

...Cuando nuestra madre nos cantaba para dormir...

-*-

Pete no sabía que hacer.
Se había confesado a su mejor amigo, y éste había prácticamente salido corriendo de la situación, ignorando sus sentimientos y aplastándolos como si fueran simples y pequeñas hormigas sin importancia.
Pero no.
A Mikey no le interesaba nadie.
Tal vez Pete debía sólo morirse y ya. Total, no era valioso para nadie. Nadie lo valoraba. Nadie lo quería.

Esa noche lloró, aunque no quisiera, abrazado a una foto suya con Mikes.

...Pero ahora estamos estresados.]

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Gracias por leer, aunque haya sido una mierda.
Aunque a nadie le importe estoy muy muy emocionada, por eso mismo actualicé c':

En fin, otra vez gracias por leer y espero seguir con esto.

xoxo

p.d: me re tenté escribiendo la última parte de Pete, es re divertido imaginárselo con el delineador corrido llorando como foca y abrazando una foto de la época de the summer of like(?
no? perdón bue







Je hebt het einde van de gepubliceerde delen bereikt.

⏰ Laatst bijgewerkt: Dec 07, 2016 ⏰

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