capítulo 13

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Cinco meses.

Lunes 02 de Agosto



Changbin estaba sentado en su cubículo, había terminado la pasantía y había quedado como empleado, estaba feliz.

El estaba en el área de informática, algo que siempre le había gustado. Sus compañeros desde que dejó de ser pasante lo empezaron a tratar como un igual, por lo visto era una tradición hacerles la vida imposible a los pasantes porque ahora todos eran decentes con él, bueno, seguía siendo señor manchita para su jefe, pero ya se había acostumbrado.

Ahora estaba en paz con su jefe, lo llegaba hasta a considerar buena gente, siempre le preguntaba por cómo estaba Seungmin. Además, a veces venía Nayeon a traerle el almuerzo a su marido, y a él también le daba algo, "ya somos familia, Changbin" le había dicho. Bendito Seungmin.

Además, con el señor Bang estaban en medio de una apuesta.

—No señor manchita, Chan va a intentar algo con Seungmin  antes de que nazcan las pulgas.

—Señor Bang, insisto, su hijo es medio torpe, va a esperar hasta que las pulgas nazcan.

—Te apuesto mil a que si.

El señor Bang confiaba en su hijo, se notaba que el hermano de Changbin lo traía muy mal.

—Perfecto, esos mil van a ser míos.

Ambos se estrecharon la mano y luego siguieron en sus labores.

Ahora Changbin estaba terminando de armar unas planillas cuando Junhyeok salió de su oficina casi desesperado, pasando la vista por todos sus empleados hasta encontrar la cabellera negra que buscaba.

—¡Changbin!—habló el señor Bang cuando estuvo al lado del mencionado.

—¿Jefe? ¿Qué hace acá? Tiene una reunión muy importante en dos minutos.

Bang Junhyeok se tenía que reunir con Kim Yoongi para cerrar un trato que iba a beneficiar a ambas empresas, pero dicho trato no se iba a cerrar con el señor Bang todo agitado al lado del escritorio de Changbin.

—¡Lo sé! Me acaba de llamar Felix, mi hijo ¿lo recuerdas? El rubio de pecas.

Oh, como olvidarlo, pensó Changbin.

Evitó decir nada y se concentró en no rodar los ojos al pensar en ese chico que le puso de apodo enano piojo. Así que solo asintió.

—Me acaba de llamar, Soobin se lastimó en la casa y por lo histérico que sonaba es algo importante.

Oh no, no siga.—Changbin volvió a pensar a sus adentros.

—No te pediría esto si no fuera grave, pero debo entrar ya a esa reunión y mi mujer no me contesta, toma las llaves de mi auto, ya sabes donde estacionó, anda a mi casa y lleva a urgencias a mi nieto, por favor Changbin.

Con un demonio, pensó esta vez

Agarró las llaves de su jefe y salió corriendo hacia el estacionamiento, mientras tanto el señor Bang trató de recomponerse mientras iba hacia la reunión, totalmente angustiado por su hijo y su nieto. Lo llamó para avisar que la ayuda ya estaba en camino.

Changbin, mientras tanto, llegaba al estacionamiento, se subió al auto de su jefe y salió hacia la casa del mismo. Si estaba un poco nervioso, ese chiquillo era encantador y no quería verlo mal.

Hablaba de Soobin, claro.

Por suerte la casa de los Bang estaba relativamente cerca, era un camino de 15 minutos que Changbin logró hacer en 8 gracias a su forma de manejar. En lo profundo por ahí estaba riéndose de que a su jefe le iba a llegar una multa por alta velocidad. Su parte mala era más fuerte que el.

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