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Michikatsu sonrió con ternura y se acercó cubriendo a ambos con una manta, para luego avanzar a la puerta y cerrarla, evitando que la lluvia entrara en la caseta de madera. Se recostó en el suelo y cerró los ojos para descansar.

Una hora más tarde, sintió algo cálido, suave y de delicioso aroma contra su cuerpo, por lo que abrió los ojos, notando al zorrito ojiarcoiris acurrucado contra su cuerpo.

Sonrió con ternura observandolo y sus patas delanteras lo rodearon en un abrazo, mientras su lengua lamía su hocico en un beso, escuchandolo ronronear y corresponder el beso con su lengua lamiendo la del lobo.

Inosuke despertó al otro día estirando su perezoso cuerpo de jabalí, abriendo los ojos sorprendido al ver a su mamá acurrucado en brazos del lobo. -Oye tu!- Gritó molesto dándole un cabezazo a Michikatsu.

El alfa gruñó y luego retó al cachorro. -Shh, duermete niño, tu madre aún duerme.- Susurró observando al infante.

-Ya no tengo sueño! Y tu no eres nadie para callar al rey de la montaña!- Gritó el quinceañero al alfa.

El omega abrió sus ojos arcoíris ante tanto griterío y con una de sus patitas delanteras dió un sape en la cabeza a su hijo en castigo. -Peque luego jugamos, ahora duerme de nuevo.- Ordenó tajantemente para luego volver a acurrucarse entre las patas del alfa.

-Johhh, quiero jugar.- Hizo un puchero viendo con sus ojitos cristalinos a los mayores.

-Bien, ve a jugar al jardín, pero no hagas ruido para no despertar a más personas.- El alfa abrió la puertita de la cabaña para que el cachorro saliera y luego volvió a acurrucarse con el omega.

Cuando su hijo se fue, Douma volvió a acurrucarse entre las grandes patas del alfa, ronroneando encantado cuando este comenzó a lamer su nuca entre suaves gruñidos. -Qué te parece si mientras tu hijo juega nosotros también jugamos~?-

Una sonrisita traviesa nació en el hocico de Douma, quién se separó gateando hasta el colchón y se transformó en un humano omega de largos cabellos platinados despeinados, cola y orejas de zorrito platinadas con una altura de 1.68. -Con mucho gusto~-

Michikatsu gruñó complacido al ver a aquél sensual omega desnudo y cerró la puerta con una pata para luego convertirse en un humano alfa de larga y lacia cabellera negra en una coleta, sus dos cicatrices en la frente y el mentón, orejas y cola de lobo negro con una altura de 1.96. -Te voy a dar tan duro que no podrás sentarte por una semana~- Gruñó estirando la mano hacia un estante alto y de una caja blanca con una cruz roja sacó de un pequeño sobre plateado un condón talla XXL.

El omega abrió los ojos como plato tensandose al ver aquél enorme pene. -Protegeme Buda.- Habló en voz baja.

-Tranquilo, te va a encantar.- Sonríe perversamente y se masturba un poco para colocarse correctamente el pene.

-Por favor ten cuidado, soy virgen.- Rogó Douma viendo algo nervioso los ojos negros del alfa.

Michikatsu alzó su rostro para observar los ojos arcoíris del de orejas de zorro. -¿Virgen?- Su sonrisa se ensanchó y uno de sus brazos rodeó las caderas del omega. -Tranquilo, intentaré no ser tan rudo.- Dejó un beso en su cuello y se relamió los labios. -Ponte en cuatro, voy a prepararte para que te duela menos.-

Obedientemente, el peliplata se acomodó como el alfa le pidió y cuando hizo a un lado su colita de zorro se tensó al sentir un beso en una de sus nalgas y como el alfa abrazaba posesivamente sus muslos separándolos. -S-Señor Michikatsu?-

El nombrado sonrió ladinamente y dejó un beso en su otra nalga. -Guarda silencio, no quiero que Inosuke venga y se traume.-

Douma frunció el ceño confundido hasta que sintió un beso en su entrada y tuvo que taparse la boca con una mano para evitar gemir, mientras que con la otra mano se sujetaba del colchón.

Celo [MichiDou]|Omegaverse|(+18)Where stories live. Discover now