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La vida de Douma siempre fue difícil.

Desde que era pequeño vivió siempre en las calles, por los rumores del pueblo escuchaba que una omega zorra había sido abusada por un ser humano alfa, quien al ver que la omega resultó preñada la abandonó a su suerte.

Por lo que escuchó, esa omega siempre mendigaba en el pueblo hasta que repentinamente un día desapareció y a los pocos días un cachorrito de zorro platinado de ojos arcoíris vagaba por las calles chillando por ayuda.

La gente decidió apiadarse de él y darle de comer. Algunos al ver que pese a estar siempre solo, lo veían mover su colita alegremente y ronronear ante los mimos que le ofrecían. Por lo que decidieron llamarle Douma, ya que pese a su desgracia siempre se lo veía felíz.

Junto al pueblo había un pequeño bosque al que los aldeanos recurrian cuando necesitaban hierbas medicinales y al que iba Douma a explorar siguiendo a los mismos.

Cuando un día a lo lejos vió un grupo de jabalíes, específicamente una pareja de con su cachorra, a quienes se acercó alegremente para jugar con la pelinegra de puntas azules y ojos verdes, sin embargo, la manada se acercó agresivamente a Douma para ahuyentarlo de la menor y no le quedó otro remedio que volver con los aldeanos.

Los años pasaron y Douma cumplió sus 15 años, chillando de dolor retorciendose en la camita donde dormía. Su celo había llegado y al ser un ahora omega solitario el dolor en su entrada era peor que ser penetrado por tres alfas a la vez.

Al poco tiempo noto no solo que la jabalí era omega también, sino que ahora iba siempre acompañada por un jabalí alfa y su vientre crecía día tras día.

Durante su embarazo logró acercarse a ella y descubrió que su nombre era Kotoha, que si su cachorro era varón quería llamarlo Inosuke. Kotoha al saber lo horrible que Douma había pasado su celo le aconsejó encontrar un alfa, sin embargo, no era sencillo encontrar un zorro en esos lugares y ninguno quería acercarse a los humanos alfas, por eso solo se acercaban al pueblo, el cual solo era poblado por betas y omegas.

Sin embargo, apenas dos meses después del nacimiento de Inosuke un grupo de humanos beta dirigidos por un alfa atacó el pueblo exterminandolos a todos al igual que a la manada de jabalíes y para finalizar secuestraron a Kotoha.

Desde ese día Douma e Inosuke viven como madre e hijo, mudandose de bosque en bosque, sin acercarse a los pueblos.

Sin embargo, ahora que una terrible tormenta eléctrica azotaba el bosque donde vivían no tuvieron más remedio que avanzar por la carretera buscando otro pueblo.

Pero su aventura apenas empezaba.

Douma miraba aterrado como la carretera lo llevó a el, un omega de 22 años y su cachorro de 7 años a un pueblo grande.

Sin embargo, Inosuke estaba maravillado por aquél nuevo lugar. Bajando de la seguridad del lomo de su madre saltando al suelo de cemento donde cayó de pié. -¡Mira mami el piso es gris!-

-Si mi peque, es porque es cemento y no baldosas, madera o césped como acostumbramos.- Se inclinó sobre el suelo caliente. -Anda, sube de nuevo a mi lomo que volveremos a la carretera, tal vez atravesando los campos encontremos un bosque o algún árbol por lo menos.-

-¡¿Bromeas?! ¡Quiero quedarme aquí mami!- Gritó alegre el jabalí correteando por el callejón hasta entrar en la plaza principal donde las personas lo veían con asco y repulsión.

-Qué asco, un jabalí salvaje.-

-Alejate de mí, bicho feo.-

-Ay buda por favor dame paciencia porque no se que voy a hacer con este niño.- Douma bufó cansado y fue tras su hijo. -Vamos peque.-

-Mira es un zorro omega, hace mucho que no se ven por esta zona.-

-Que ganas de destrozarle la próstata.-

-¿Qué es próstata?- Le preguntó inocentemente el jabalí a su madre.

-Y yo como voy a saberlo. Anda, ven conmigo.- Se acercó y agarró con el hocico a su cachorro por el pellejo del cuello.

-Qué hermosos ojos.- Un hombre pelirrojo se acercó y acarició el pelaje de Douma. -Te vez sucio y hueles mal, pero a cambio de tu ano puedo terminar de criar a tu cachorro y hacerte mi consentido.- Sonrió perversamente el pelirrojo de ojos azules de baja estatura y obesidad.

Douma chilló aterrado y con una de sus patitas traseras pateó el rostro del hombre de cortos cabellos para luego correr por la plaza central de la ciudad.

-Mierda.- Gruñó molesto el pelirrojo poniéndose de pié para luego perseguir al ojiarcoiris. -Vas a ser mío maldito omega.-

El de pelaje platinado corría aterrado por los recobecos llevando a su pequeño cachorro en el hocico, quien reía alegre sintiendo el viento en el rostro por la alta velocidad a la que corría su madre.

La calle terminó al inicio de una reja y al ver al costado Douma observó un callejón que llevaba a un basurero.

Sin dudarlo un segundo, corrió hacia esa dirección y se escondió detrás del basurero junto a su cachorro, encontrando un hueco entre el objeto y la pared, cubriendose de la lluvia y del peligro con la tapa del basurero como si fuera un refugio.

Al llegar al basurero, el hombre gruñó frustrado al no ver al omega y se retiró, pero en cuánto pare la lluvia volverá sin duda alguna.

-Mami tengo hambre.- Habló el pequeño Inosuke cuando vió al sujeto irse.

Douma bufó cansado y se acostó en el suelo agotado. -Espera que pase la lluvia y descanse un poco y voy detrás de la reja a ver que hay.-

-¡YEY!-

Celo [MichiDou]|Omegaverse|(+18)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ