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Mágico...

Esa era la única palabra que podía definir ese beso.

Parecían haber sido creados el uno para el otro, cómo piezas perfectas, los labios del alfa encajados en los del omega y el tiempo parecía pasar lento, juntos pasaron a otro universo en el que sólo existían ellos dos, sólo ellos y nadie más...

- Eres lo más hermoso que mis ojos han visto - dijo el rizado tomando el rostro del ojimiel entre sus manos y dejando un dulce y tierno beso en su frente, mientras sonreía.

- Emilio...- dijo el ojimiel con los ojos cerrados bajando la mirada y con un sonrojo en sus mejillas - ¿Ésto no será un juego para tí? - preguntó con cierto temor

- ¿Un juego? - preguntó el alfa con gran duda - ¿Porqué sería un juego Joaco?

- Lo siento Emi, no quise decirlo de ese modo...- dió un gran suspiro, dándose cuenta de que en cierto modo arruinó el momento, el nerviosismo lo invadió - soy un tonto...

- Tranquilo Joaco puedes decirlo, yo siempre voy a escucharte - dijo el alfa oliendo el nerviosismo del ojimiel - y no eres un tonto por decir lo que piensas

- Bueno... mmh... no, no quiero arruinar ésta cita... pero - se detuvo el ojimiel tratando de acomodar las palabras en su mente - pero nunca había salido con nadie, éste... éste es mi primer beso y siento que mi corazón ya te pertenece y me dá miedo... me dá miedo que para tí sea sólo un juego, eres alfa y el primer recuerdo que tengo de tí es en la puerta del dormitorio de Nikol...-

- Oh - dijo el alfa con sorpresa - Joaco... no tienes porqué dudar, créeme cuándo te digo que Yo ya te pertenezco, yo quiero estar contigo y no sólo por hoy, no sólo una cita, quiero más tiempo contigo, el resto de mi vida si es posible - dijo el alfa soltando una pequeña risita mientras tomaba de la mano al omega y la llevaba hasta su pecho - Ésto Joaco, ésto es tuyo, te pertenece desde el primer instante en que te ví, si no es que desde mucho tiempo antes...

El ojimiel se quedó boquiabierto ante las palabras del rizado, no supo que hacer más que acurrucarse en los brazos de su alfa, oliendo su aroma y percibiendo toda esa tranquilidad que emanaba de su cuerpo.

- Joaco...- esbozó el rizado tomándolo levemente del rostro para lograr cruzar miradas - no eres un juego... lo de la chica, no lo recuerdo, esa noche al llegar mis amigos me drogaron y si pudiera regresar el tiempo evitaría a toda costa el que me hayas visto en esa situación, pero te juro que no eres un juego

- Emi sólo... sólo no nos rompamos el corazón - dijo el ojimiel cerrando los ojos y dejando escapar un leve suspiro

El rizado escuchó las palabras que le había dedicado su hermoso omega, y le dió un pequeño beso en los labios para llamar su atención y que el omega le dedicase una mirada.

- Cariño, no voy a romperte el corazón, prometo cuidarlo y protegerlo de cualquier cosa, porque es mi prioridad cuidarte a tí y cada cosa que venga de tí, eres ahora lo más sagrado que tengo y créeme que si pudiera meterte en una cajita de cristal lo haría, para poder admirarte cada segundo de mi vida - dijo el oji-café con tanta seguridad.

- Prometo no romperte el corazón Emi.

Cada día muchas promesas son lanzadas al aire y muy pocas son cumplidas. "No nos rompamos el corazón" ¿será acaso una promesa lanzada al aire sin esperanza de cumplirse...






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¿A Dónde Vá Uno Cuándo Tiene El Corazón Roto? // Adaptación Emiliaco OmegaverseWhere stories live. Discover now