0 - Meteoroids falling, burning, and then...

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—Naturalmente. Para eso fuimos colocados en puestos de tan extrema importancia. Nosotros... La copa del árbol del mundo que nos dió a luz.

Entre esas entidades, por supuesto, habían quienes de alguna manera resaltaban aún más.

Cómo lo es la persona que ahora mismo se dirigía a no más que cien otras, todas reunidas en un masivo claustro cubierto de los metales y las piedras preciosas más hermosas que los universos eran capaces de ofrecer, por el momento claro.

—Aquellos encargados de velar por la seguridad y, por sobre todo; la felicidad de nuestros camaradas a través de cada burbuja flotando en el infinito. Resguardando hasta la más tenue de las luces ante las garras de la infinita oscuridad que oculta este cruel e igualmente bello mundo.

Su voz era suave como la más fina de las sedas y con un volúmen meticulosamente controlado, como si le hablara a una alma pérdida en busca de salvación. Pero no, ellos, quienes al igual que él ocupaban asientos que representaban su remarcable santidad dentro de los mismísimos santos, eran seres cuyo poder se salía por mucho de lo que la mayoría de "semillas" girando sin parar ahí afuera vería en situaciones ordinarias.

No obstante, no estaban ahí porque fueran los más fuertes, sino porque eran los más capaces en diferentes ámbitos.

Los esfuerzos de protección y cultivo del multiverso eran organizados por los presentes en el recinto. Siempre dispuestos a servir, siempre preparados ante todos los escenarios posibles.

—Como siempre, es para la realización de nuestro deber que nos hemos reunidos aquí. Espero contar con su asistencia hoy también.

—Permites que tu incapacidad de cortar con las cordialidades te mantengan anclado en un solo punto, joven conductor.

—El tiempo es más que oro. Así que por más que me sienta halagado por las molestias que te tomas con nosotros, lo mejor sería continuar antes de que nuestra inacción cree una mayor calamidad de manera accidental.

—Oh, mis disculpas. Sin duda esta es una problemática costumbre mía. —Pese a la llamada de atención, su expresión y tono no variaron en lo más mínimo. —Debo señalar que están en lo correcto. Lo más prudente es que atendamos prontamente nuestras obligaciones para esta sesión.

Al contrario, solo se volvió más cuidadoso. Tanto que ya no parecía un funcionario en deber, o un jefe supervisando a sus subordinados, que, a pesar de que no esté dicho ni escrito en algún lugar, todo el que fuera capaz de contar más de dos dedos frente a sus ojos podría darse cuenta que efectivamente eran.

Esta es una de las tantas "gripes" que tenían con este Dios.

—Tu nobleza continúa irradiando sin importar lo que hagas. —Otra persona resaltó, esta vez era uno de los miembros más antiguos, por lo que su forma de expresarse denotaba experiencia y respeto, además de familiaridad hacía quién estaba por encima de él. —Por más admirable que sea, de alguna manera también logra sacar algunos aspectos un tanto inconvenientes de ti. Shem Ha.

Aunque curiosamente, todos ahí eran considerablemente mayores.

Todos a excepción de una persona.

—Hmph. —Lo escuchó atentamente, para responder con un asentimiento cuándo se refirieron a él con su nombre. —Muchas gracias, lo tendré en cuenta.

La reunión se produjo como se tenía planeado. Pocos no eran la cantidad de puntos en los que concentrarse y despejar, por lo que largos lapsos de tiempo eran necesarios para culminar con la "carga" que tenían propuesta para cada ocasión como esta.

Newborn Nova | The Star Of CreationWhere stories live. Discover now