I.

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CHAPTER ONE
congratulations for trying!
june 7th, 2022.




La fiesta de lastima fue idea del club.

No era una fiesta de lástima como tal, era solo la forma en que Pedri y Gavi empezaron a llamarla después de que las chicas del Barça femenino perdieran la final de la Champions contra el Lyon y no hubiera manera de cancelar el evento, tan cercano a la derrota, que la directiva organizó para ellas. Dado que ellos cayeron en cuartos de Europa League, no pudieron evitar verlo así también. 

Al menos las chicas llegaron a la final. Y eran las campeonas vigentes del título antes del partido en Italia. La última vez que ellos alzaron la orejona fue en 2015, cuando Pedri tenía 13 años y no estaba ni cerca de soñar que el Barcelona lo ficharía, y encima de eso, ni siquiera fueron capaces de pasar de fase de grupos en su primera temporada sin Leo.

Pedri cerró los ojos, sus manos apretaron el volante del coche más de lo recomendado.

Se había prometido a si mismo, el día que supieron que Leo no renovaría contrato, que no iba a dejar que su mente fuera por esa pendiente y se alejara de lo importante. Leo le enseñó muchas cosas en el poco tiempo que Pedri pudo tenerlo a su lado, tanto fuera como dentro del campo de juego, y ahora era su responsabilidad seguir adelante con las migajas que su mentor pudo darle.

Lo extrañaba. Y mucho.

Revisó la hora en la pantalla de su móvil y maldijo entre dientes lo impuntual que podía ser Gavi a veces. Le había prometido a los padres de su mejor amigo, en una llamada la semana pasada, que recogería y traería sano y salvo a Gavi a su apartamento después del evento, lo que implicaba estar una hora estacionado en el parqueadero del conjunto residencial mientras la princesa se terminaba de alistar.

Debería cobrarle la mitad de la gasolina la próxima vez que lo llevara. La vida en Barcelona era cara.

Bajó la ventanilla del coche, permitiendo que los últimos rayos del sol de la tarde golpearan su rostro. Otra cosa que extrañaba a veces: el sol. Barcelona no era el Ártico, pero joder que Pedri daría cualquier cosa por estar en Canarias en este momento (aunque no su carrera, tal vez su coche). No hacía menos de dos años que se quejaba en cada oportunidad de la manía de Lory de dormir con las cortinas corridas; y ahora que conocía lo que podía ser un invierno catalán, sentir los rayos del sol eran un regalo divino de...

Pedri se detuvo.

La figura a lo lejos, vestida de esmoquin y con el cabello en un estilo de recién levantado, se metió a un audi r8 spyder descapotado y dio vuelta en v a la salida del conjunto. Pedri trató de distinguir los rasgos faciales de la persona dentro del coche, pero el audi iba rápido y los rayos del ocaso no le permitieron ver nada más que el destello negro que se alejaba hacia las concurridas calles de Barcelona tras la jornada laboral.

THE WAY I LOVED YOU ━━ pedri gonzálezWhere stories live. Discover now