Capitulo IV, La noche del cazador

0 1 0
                                    


Después de su "cacería", Jarngrim regresó a su hogar para descansar antes de partir en su viaje. Sin embargo, su compañera Signy lo esperaba preocupada en la sala de estar.

"Signy, por qué estás despierta?" preguntó Jarngrim sorprendido.

"Qué haces preguntando eso? Te fuiste por horas! Me tenías muy preocupada", respondió ella aliviada de que Jarngrim finalmente hubiera regresado.

"Solo tenía unos asuntos pendientes que resolver. No tienes que preocuparte, Signy", respondió Jarngrim con cierta preocupación. Sabía que si le decía lo que había hecho, ella podría verlo con otros ojos.

"Eso espero, confío en ti. Pero no me ocultes nada importante", dijo Signy mientras abrazaba a Jarngrim y se dirigía a su cuarto para dormir. "Buenas noches, recuerda que tenemos que descansar para mañana".

A pesar de las palabras tranquilizadoras de Signy, Jarngrim se sentía cada vez más culpable. Esta había sido la primera vez que había asesinado a alguien y el remordimiento lo estaba consumiendo. Se consideraba a sí mismo un monstruo irredimible no por haber matado a aquel hombre, quien lo merecía, sino por haber disfrutado haciéndolo.

"Qué pensará de mí?" se preguntó. "Me odiará? No quiero que se vuelva una asesina como yo".

La mente de Jarngrim se llenó de pensamientos mientras trataba de recobrar la compostura.

"Trataré de descansar, gracias Signy", respondió finalmente a su compañera.

Jarngrim se sentía exhausto después de una noche tan agitada, pero el descanso no llegaba. El conflicto interno que lo consumía lo mantenía despierto. A pesar de haber sido entrenado como un "cazador" durante tanto tiempo, nunca había matado a alguien antes y ahora se sentía atrapado en su propia mente. No sabía cómo salir de esa situación. El remordimiento lo devoraba por dentro y no podía pensar en otra cosa que en su propia oscuridad.

Espadas y Sortilegios: La historia de JarngrimWhere stories live. Discover now