Capítulo 6

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Dereck

—¿Ya puedo hacer mis preguntas?

Ella inclina el cuerpo hacia la mesa y atrapa con los labios la pajilla del refresco que se ha estado tomando los últimos cinco minutos.

—Sí.

Llevamos aquí alrededor de dos horas y en ese tiempo le hemos agregado cinco nuevas cláusulas al contrato.

—¿Qué te motiva?

Se queda un rato callada, como si procesara mi pregunta.

—Pensaba que íbamos a irnos por el terreno fácil y nos mantendríamos en eso del color favorito.

—La última media hora te la pasaste preguntando qué me inspiró para mi última película —le recuerdo.

—Sí, pero ese es el tipo de cosas que...

— Y antes de eso me hiciste contarte el historial de las mascotas que he tenido.

—Bueno, pero esas son cosas importantes. ¿Cómo voy a ser tu esposa si no sé en qué se inspira tu vena creativa? ¿O qué tal si me preguntan cuáles fueron tu tercera y decimoquinta mascota? No habría manera de que adivinara que fueron un panda y un delfín, las personas normales tienen perros y gatos... y vacas.

—Tracy —hago un silencio al notar la facilidad con la que su nombre sale de mis labios—, ¿qué te motiva?

—Eso es muy personal —contesta al cabo de un rato—. ¿Te refieres a qué me motiva en la vida como para ser mi propósito o...?

—Me conformo con saber lo que lo hace en este momento.

Se queda callada otro rato.

—Sí, prefiero no responder a eso.

—Está bien —cedo, intentando que mi irritación no se note—. Entonces, ¿qué es lo que cualquier persona sabe sobre ti?

—Esa está difícil...—ríe, pero habla luego de unos segundos—. Creo que lo que todo el mundo sabe de mí es que me considero una persona muy pacifista, que soy muy curiosa y que me gustan las películas.

⊰✩⊱ ⊰✩⊱

—Entonces supongo que te quedarás aquí por hoy. Acompáñame, te llevaré a tu habitación.

Me pongo de pie antes de que pueda elaborar alguna excusa acerca del por qué es recomendable estar en otro lugar, lo que no entiendo.

Quiere estar aquí. Vi su reacción cuando estuvo fuera de la casa y cuando le dije que tenía la oportunidad de quedarse.

Lo quiere, pero tiene miedo de algo y no me gusta tener incógnitas a mi alrededor.

Tomo la maleta que se había quedado contra una de las paredes acristaladas y guío el camino.

Que estuviéramos esas horas en el mismo lugar, me permitió ver que tiene más paciencia que yo, por lo menos en lo que refiere a las interrupciones. No la vi alterarse cuando mi madre llegó a interrumpirnos o cuando sonó mi celular, cosas que a mí me alteraron, pero ella parece actuar... como si lo que pasara a su alrededor no le afectara.

Ubico en mi mente las habitaciones y decido ponerla en una que quede cerca de mi estudio, así estará lista rápido para las reuniones que vayamos a tener.

—La casa tiene bastantes habitaciones, luego te daré el tour.

—Lo normal sería dar el tour y terminar en la habitación.

—A veces me gusta empezar por el postre.

Creo escucharla soltar una risa, pero estoy más concentrado en llegar a la puerta de mi despacho, donde me detengo.

¡Yo me opongo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora