Desde que era pequeño poseía una obsesión insana con construir cosas, observar el comportamiento de cada objeto y descubrir exactamente como funcionaba, sin embargo, algo que siempre colecciono y examino más que el resto, eran los caleidoscopios. Pu...
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Draco Malfoy podría admitir muchas cosas negativas de sí mismo, a diferencia de lo que muchos creerían, no era lo suficiente egolatra para no encontrar defectos en sí mismo, al contrario, encontraba demasiadas cosas negativas con las que lidiar en su día a día.
Nació para la grandeza, con el pecho inflado de orgullo hacia su apellido, no se le permitía apuntar hacia ciertos sueños o estándares, política, perfecto, derecho mágico, también. Tal ves modelo.
imperdonable, jamás, auror, una desgracia, profesor, una locura.
Aunque sus sueños se vieran limitados, jamás los serian sus conocimientos. Era un Malfoy después de todo.
Por ello, cuando no sintió dolor absoluto en cuanto sus párpados dejaron de pesar supo que algo andaba terriblemente mal.
Por un momento, no sabía lo que estaba pasando, y tampoco queria abrir los ojos para descubrirlo, al final, era un slythering despues de todo. El dolor era parte de su vida y la autoconservacion también.
Sus recuerdos de la infancia siempre habían sido borrosos, como manchas poco claras y rellenas de lagunas mentales que le dejaban pensando durante horas en su tiempo en Askaban. Pero hoy, al despertar lo primero que hizo fue recordar un nombre, y eso lo espanto.
Draconis
Los medimagos especializados en la mente, o la psique, como sea que se llamara, hablaban mucho sobre lo sorprendente que era el cerebro, en las pocas charlas que asistió acompañando a su padre, recuerda la manera en la que alababan y separaban la mente del cerebro, lo consciente y lo inconciente, tomando en cuenta los estilos de aprendizaje y los hemisferios cerebrales.
Más aun lo rápido que desaparecían y aparecían recuerdos en la memoria humana. Cuando la velocidad que uno consideraria normal se ha vuelto inusual. Cuando se divide al genio del promedio
Así que, el ruido de alguien tarareando definitivamente estaba fuera de su alcance, y claramente no podría seguir fingiendo estar inconciente mientras lo pinchaban con algo.
Frunció el ceño cada vez que sentia que algo lo tocaba, recordar las charlas con sanadores, las risas infantiles, los nombres de diferentes personas, se sentia parte de un aparato muggle procesando informacion. No entendía el significado de los fragmentos que anhelaba mostrale su propia mente. Solo estaban ahí como una especie de fotografía movible de largo plazo o algo por el estilo.
Fragmentos de algo que parecían conectarse cada vez que el tarareo se hacía mas fuerte.
Tratar de hacer que las piezas tuvieran sentido. Porque podía recordar, sabía dónde había estado, lo que acababa de suceder. Su reciente arranque de ira mimada, o de furia absoluta.
