V. - Shirogane

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── wc: 700
── fecha: 24.O4.23
── publicado: 24.O4.23
── reader: fem
── cw: heridas, mencion de golpiza + violencia

nota(s)
(c/p): color pelo
(c/o): color ojos
(e/a): especie animal
no proofread
"..." timeskip

La (C/P) esperaba con paciencia a su querida pareja, la (E/A) tejía con paciencia frente a la chimenea, Yukisada había ido a hablar algo con Rocma, por lo tanto ella se encontraba sola en casa esperando a su amado, el cual había ido a pescar.

La chica tarareaba dulcemente mientras revisaba la hora. Se puso de pie y se dirigió a la cocina, donde comenzó a hacer algo de comer para ambos albinos.

Prendió el fuego con delicadeza y comenzó a preparar algo simple, puso el hervidor y siguió con lo suyo hasta que sintió a alguien golpear la puerta.

Sonrió con entusiasmo y se dirigió a esta, encontrándose a su queridísimo novio empapado en sangre, mordisqueado y llorando con el rabo entre las patas.

La (C/O) lo miró con preocupación y lo tomó de la mano, poniendo una toalla en el sillón para no mancharlo con sangre. "Siéntate ahí. Ya vengo." Dijo mientras desaparecía de la vista del albino rápidamente. Cerró la puerta de la entrada y sirvió chocolate caliente para el lobo, lo tomó entre sus manos con cuidado y fue a entregarselo, este último recibiéndolo con una débil sonrisa.

Apenas le dio la taza a Shirogane, la chica fue hacia donde Yukisada tenía todo lo necesario para los cuidados médicos, sacando lo que necesitaba de ahí sin problemas y volviendo a la sala donde estaba su novio malherido.

La chica removió la camisa del albino con precaución, las mejillas de este tornandose a un rosa algo notable. Comenzó a limpiar con un algodón con alcohol las zonas abiertas, tomó unos parches para cerrar heridas y los posicionó cuidadosamente mientras buscaba vendas. Finalmente terminó de arreglar aquel desastre, el chico temblando ligeramente por el dolor que le provocó el alcohol.

"¿Qué pasó?" Preguntó su novia con preocupación, a lo que el lobo respondió apenado. "Idate vino a molestar, y, bueno, me golpeó y otras cosas..."

La contraria lo miró con preocupación y al notar lo apenado que estaba le sonrió dulcemente para tranquilizarlo. Prosiguió a llevarse su taza ya vacía hacia la cocina, llenándola nuevamente y esperando a terminar de cocinar lo que había pausado antes.

La cena fue rápidamente terminada y está se dirigió con una bandeja a la sala nuevamente, donde su novio la esperaba pacientemente. Dejó su comida sobre la mesa al sentir como alguien tocaba la puerta otra vez, dirigiéndose a esta para encontrarse con Yukisada.

"¡Hola, Yuki!" Saludo la chica con entusiasmo, este último saludando de vuelta u sentándose con Shirogane, algo preocupado por su aspecto. La (C/P) volvió con otra bandeja, esta con la cena de Yukisada esta vez.

Ambos agradecieron por la comida amablemente, mientras que la menor se dirigía a sentarse frente a la cálida chimenea.

La chica reanudó su sesión de tejido calmadamente, mientras que el otro par conversaba con alegría. Una sonrisa suave se formó en sus labios inconscientemente mientras que continuaba tejiendo.

Después de un tiempo, la chica se giró a verlos, notando que ya habían terminado. "Me llevaré sus bandejas para lavar los pl-" la (C/O) fue interrumpida por Yukisada. "Tu ya hiciste la cena, yo lavaré." Se ofreció amablemente, ignorando las protestas de la
(E/A), La chica miró detenidamente a Shirogane, este mirándola igual de inmerso y poniéndose de pie para sentarse en el suelo junto a ella.

La contraria sonrió con ternura cuando el lobo apoyó su cabeza en su hombro, ella acarició su pelo suavemente.
Se quedaron así por un tiempo, finalmente el lobo acostándose en su regazo con suavidad mientras sentía las dulces caricias de su amada en su pelaje.

La chimenea les otorgaba calor, ambos dándose caricias mutuamente mientras la chica tejía con calma, Yukisada probablemente ya había terminado de lavar los platos y se había ido a dormir.

La chica sonrió con ternura y río levemente, el albino sonrojandose un poco ante esto.

Finalmente siguieron dándose mimos hasta que ambos se quedaron dormidos, el lobo en el regazo de su amada y la nombrada apoyando su espalda contra el borde del sillón.

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