# 16

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─Me estás cargando ─Lionel habló, queriendo convencerse de que su interpretación no había sido la correcta. Su arquero no acababa de decirle que él era más importante que su familia.

Emiliano desistió de su posición y se enderezó.

─Sí ─el suspiro que escapó de los labios del rosarino fue indescriptible. Se podía admirar el alivio que aquella respuesta le generó.

Con una mano golpeó el pecho del arquero suavemente, como empujándolo con un leve enojo.

─Sos un pelotudo. Mirá si vas a decir eso ─volvió a empujar suave. Martínez no pudo evitar esbozar una sonrisa desganada. ─. No se jode con esas cosas, Emiliano.

─Perdoname, perdón ─intentó no reírse, frenando las pechadas del más bajo con sus manos. ─Hay que tomarse las cosas con un poquito de humor.

Lionel chistó con su lengua, dejando los golpes de lado y sosteniéndose de la camiseta ajena. Pasaron unos segundos así, cerca y sin mirarse. Al final, el capitán optó por acortar la distancia, abrazándolo. Era increíble la intimidad que podían generar con un simple abrazo. Esos abrazos que duran más de lo que deberían, que dicen mucho más que cualquier cosa.

El arquero le correspondió, claro estaba. Pensó en miles de cosas para decir, para cortar la tensión y volver a lo de antes. Sin embargo, entendió, pasado un lapso de tiempo, que hablar estaría más. Necesitaban unos minutos de paz.

─¿Qué hacemos? ─el abrazo se reforzó. Y la voz quebrada de Lionel hizo estragos en el corazón de Emiliano.

El marplatense sabía que la relación que tenían probablemente había dejado de ser sana hace bastante tiempo, pero estaba cegado. Cada contacto alimentaba su obsesión, sus ganas de tenerlo sólo para él y que no importara nada más.

Intentando hacer un vistazo general de la situación, con el corazón acelerado y Lionel en su pecho, aceptó finalmente que se encontraba en un círculo vicioso que tenían que terminar. Alguno de los dos tenía que ponerle un punto final.

Messi se despegó, dejándole espacio a Martínez para observar sus ojos cristalizados. Los dedos del más alto se pasearon por los costados de sus ojos, limpiando todo rastro de lágrima y evitando que las nuevas resbalaran por sus mejillas. Se miraron como acostumbraban a hacerlo. Sabiendo que había amor donde no debería haberlo.

Los labios del menor se acercaron a la frente de Lionel, besándola con cautela. Sus manos se dirigieron a la nuca ajena, acariciándolo y generando un compás.

El más alto se agachó levemente, a la par que el otro elevaba su altura. Juntaron sus narices con ternura, aún con sus cuerpos pegados y sus frentes rozando.

Lo amo. Volvía a repetirse en la cabeza de Lionel. Y en esos momentos es cuando más confirmaba sus ganas de dejar todo atrás y escapar con el 23 de la selección. La seguridad que sentía a su lado era inexplicable. Una calma que no lograba encontrar en ningún lugar y que había pasado años buscando.

Los labios de Martínez recorrían todo su rostro. Pasando por el puente de sus nariz, a sus mejillas y frenando unos segundos en sus labios. Otra vez aquellas sesiones de caricias que se repetían constantemente que tenían que parar, mas no lograban hacerlo.

─Quiero estar una vez más con vos ─Emiliano habló, desesperado y perdido en el calor que Lionel le proporcionaba. ─Una última vez y nos dejamos de joder con esto.

─¿Cómo?

Los golpes en la puerta los tomaron por sorpresa. Alterados, se separaron con rápidez.

Emiliano estaba en frente de la puerta así que fue el encargado de abrirla. Un confundido Ángel di María lo observaba desde el otro lado.

─¿Dibu? ─preguntó incrédulo. ─¿Y Leo?

─Acá ─habló desde la cama, donde recientemente se había sentado.

Di María asomó la cabeza a la par que Martínez le daba espacio para pasar.
Aún en el marco de la puerta, su mirada se intercalaba con la de los dos presentes, denotando confusión.

─Es tarde ya. ¿Qué hacían? ¿Salió truco y se cortaron solos?

Un bullucio proveniente del pasillo dificultó el curso de la charla. Los mismos quilomberos de siempre venían encaminados a la habitación de Lionel.

─Uepa, ¿qué salió acá? ─Rodrigo y Leandro terminaron de abrir la puerta, dejando en vista que los únicos en el espacio eran Lionel y Emiliano.

─Se cortaron solos ─habló Ángel.

─Y pero es habitual eso ─Leandro habló, apoyándose en el marco igual de Ángel. ─ Leo ya lo reemplazó a Rodri con el Dibu.

Emiliano rió nervioso, buscando la mirada de Lionel. Éste se encontraba incómodo con la situación y el arquero lo entendió en el instante.

─El capi ya no me quiere ─Rodrigo continuó con su papel, sacando algunas risas a los presentes.

Martínez intentó sacarlos de la habitación en cuanto pudo.

─Vamos que Leo quiere dormir, salgan ─continuaba el más alto.

─Te robó el papel en todo sentido, eh ─Paredes le dijo a De Paul, señalando como Martínez intentaba cuidar el bienestar del capitán y actuando como su "guardaespaldas".

Messi se levantó dirigiéndose a la puerta y fingiendo reír. Concordó verbalmente con Martínez, diciéndole a sus compañeros que estaba cansado y que en realidad Emiliano estaba ahí para consultarle algo personal.

Después de un par de comentarios y unos cuantos deseos de buenas noches, el mayor logró deshacerse del resto del plantel, los cuales continuaron haciendo ruido a medida que se alejaban del cuarto de Lionel.

Dibu miró hacia atrás, encontrándose con que el rosarino aún lo miraba desde la puerta. Su mano se elevó a modo de saludo. El menor correspondió con una sonrisa de oreja a oreja, dejándose llevar por los pasillos mientras Lionel cerraba la puerta.

─¿Leo te dijo algo? ─Paredes le consultó al arquero, obligándolo a mirar hacia el frente mientras caminaba.

Emiliano se apuró a negar con la cabeza haciendo un leve puchero.

─Está medio raro ─Di María concordó. ─Lo conozco. Se está haciendo la cabeza con algo.

─Sí, no sé ─Martínez continuó fingiendo no estar al tanto de ninguna situación, esperando impacientemente por llegar a su habitación para evitar las preguntas.

─¿Ustedes notaron a Anto media alterada?

─Tal vez discutieron ─Rodrigo fue quien habló esta vez. Frenó su paso, había llegado a su cuarto. ─Bueno, los dejo. El osito me espera.

Los tres restantes rieron ante el comentario y se despidieron del 7, finalmente despidiéndose entre todos para encaminarse cada uno a su destino.

Durante su camino solitario en el pasillo, Martínez pensaba y pensaba. Ya estaba decidido a ponerle un punto final a todo esto.

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⏰ Last updated: May 31, 2023 ⏰

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𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗥𝗘𝗚𝗥𝗘𝗧𝗦 messi, dibuWhere stories live. Discover now