Capítulo 22. ANGELA MAREL

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__ No han comido, Xenia, se van a morir de hambre __  mis lágrimas caen, parecen de dolor verdadero, no lo puedo creer, no puedo creer que realmente haya hecho eso.

Las risas de quienes nos graban se escuchan, Xenia y yo parecemos estar en algún tipo de persecución en la cual no dejamos de gatear de un lado a otro siempre llamando a unos gatitos. ¿Pero que gatitos? ¿De que gatos estamos hablando?

Cuando el video se corta tengo a Elena riendo a carcajadas sobre la cama, tan alto que Xenia sale con cara de confundida del baño así que le extiendo el móvil para que vea el video también.

__ ¿Pero que mierd...

Xenia tiene la boca abierta y a mi la risa de Elena comienza a irritarme así que le aviento una almohada de la cama de Xenia que atrapa y continúa retorciéndose de risa en mi cama.

__ ¡¿Somos nosotras?! __ Xenia esta casi jalandose los cabellos hasta dejarse calva, camina de un lado a otro sin poder creerlo __ ¡¿Por qué me dejaste hacer eso?!

__ ¡¿Yo, babosa?! ¡Tu nos llevaste ahí en primer lugar!

__ ¡Shhhhh, cállate!, me duele la cabeza.

Abro la boca indignada, no lo puedo creer, luego de tremenda humillación y viene esta a querer callarme a mi. Todo fue su culpa en primer lugar.

__ En fin, chicas, hay que alistar todo que pronto desocuparemos todas las habitaciones __ Elena guarda su celular en su bolsillo __ Xenia te está buscando tu maestro.

Mi amiga rueda los otros y sale pegando gritos de frustración de la habitación, así que me quedo sola con Elena.

Recuerdo que quiere hablar conmigo, pues a pesar de haber tomado se muy bien la razón por la que no pude dormir toda la noche, y eso es por esas temibles palabras, "tenemos que hablar".

__ ¿A ti no te duele la cabeza? __ ella es la primera en hablar.

__ Claro que sí, solo no hago tanto drama - me quejo haciéndola reír. Se ve muy bonita, tanto como en mis sueños.

__ Ayer no pude felicitarte como quería __ toma mis manos entre las suyas, siento las llemas de sus dedos acariciar mis nudillos __ pero quiero que sepas que estoy muy orgullosa de ti, de lo que lograste, de tu esfuerzo, de tu dedicación. Eres la mejor tutorada que pude tener, Angela, jamás me arrepentiría de haberte elegido.

Me derrito.

Ella es una fuerte llama de fuego y yo soy un malvavisco envuelta por ella, siento derretida por sus palabras. No puedo con esto, y no puedo con ella, no puedo cuando se comporta de esta manera, cuando es linda y amable conmigo, cuando me hace sentir tan especial. Es tan importante para mí que ella reconozca mis logros, es aún más importante saber que no la decepcione.

Quisiera sostenerle la mirada como ella lo hace, me mira a los ojos de manera directa, profunda, no hay una pizca de nerviosismo en ella y yo no se hacia donde mirar. Pero cuando llevo los ojos hacia abajo ella me toma del mentón y me hace subir el rostro, obligándome a mirarla de nuevo.

__ Tuve a la mejor maestra de todas conmigo. Gran parte de la victoria de ayer fue gracias a ti.

__ No, no me des mérito. Yo solo te compartí lo que sé, tu fuiste quien decidió aprender. Eres la única que merece reconocimiento aquí __ su mano sigue sujetandome del menton, como es mal alta que yo mi cuello esta estirado hacia arriba y eso comienza a cansarme, solo un poco, pero no me importa, menos cuando me habla tan bonito y me mira de esa manera. No se en que momento mi lengua actua por si sola y me relami los labios al sentirlos resecos, creo que es esta cercania la que me hace sentir sedienta, no se si de agua o de ella, pero sedienta estoy __¿Por qué eres tan.. tan... tú?

Entendido, profesora. TERMINADA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora