❝ 𝐑𝐔𝐋𝐄𝐑 ❞ │𝐀𝐋𝐅𝐎𝐍𝐒𝐎 𝐃𝐄 𝐂𝐀𝐑𝐋𝐎│

⸙┆𝐫𝐮𝐥𝐞𝐫 ▬▬▬ 𝟎𝟎𝟎┆⸙

Princesa, había pasado bastante tiempo desde que alguien la llamaba así, pero... ¿Por qué la llamaban así? La habitación, su cuerpo, su título todo era característico de su pasado... Ella, ella ¿había viajado en el tiempo?

No, recordaba mucho acerca de como o cuando murió, pero recordaba estar en una especie de Limbo, un lugar más allá de la muerte, pero alejado de la vida, un escalofrío la recorrió entera al tener un recuerdo muy vívido.

"Recibe y da en igual magnitud, serás juzgada por tus actos provechosos y la bondad en tu corazón"

¿Quién es?

Puedes llamarme Uriel, la jueza del infierno

Osea que había llegado al infierno y la habían devuelto, interesante.

Las palabras de aquel ser, la habitación en la que se encontraba, su apariencia incluso, todos eran signos inequívocos de que estaba en su habitación en el palacio imperial. Desconoce la razón de esta segunda oportunidad, pero sin duda alguna, no va a cometer los mismos errores que en el pasado.

Oh no, claro que no, esta vez peleará y destruirá a aquel demonio con rostro de ángel.

Nadia la sacó de sus pensamientos, su sirvienta principal. ▬Debe prepararse princesa, el desayuno comenzará en una hora.

Sin darle tiempo a responder, la castaña guio a la princesa hacia una puerta con decorados blancos y dorados que Adelina recordaba que era su baño cuando aún residía en el palacio Imperial.

Disfrutó del baño mientras sus sirvientas alistaban su vestido para el desayuno, una vez terminó su ducha, Nadia la peinó mientras el resto de sirvientas alistaban su vestido lila.

Salió de su habitación y caminó hasta el comedor imperial a paso firme y seguro, su mente ocupada en los sucesos que podría cambiar por esta nueva oportunidad... Podría salvar a Alfonso, aquel rubio de corazón puro que había robado su corazón desde el primer momento en que se encontraron.

Lo salvaría... Lo salvaría aunque fuera lo último que haga.

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▬Padre. ▬Reverenció Adelina a su progenitor, que estaba sentado a la cabeza de la mesa, luciendo tan joven y vital como hace mucho no lo veía, pues su enfermedad había acabado la apariencia física y la salud mental de toda la familia.

▬Hija, toma asiento por favor. ▬Respondió su madre, la emperatriz, que estaba sentada al lado derecho del emperador mientras acariciaba con cuidado su vientre. Adelina asintió y tomó asiento a la izquierda de su padre, un asiento separada del emperador, pues ese lugar le correspondía a su hermano.

▬Es bueno ver que tu salud mejoró, temíamos que ya era hora de llamar de nueva cuenta a Volco para que te revisara.▬ Habló el emperador mientras tomaba un poco de jugo.

▬Afortunadamente fue solo un resfriado que no pasó a mayores. ▬Acotó la emperatriz.

▬Es verdad, temía que podía tratarse de la enfermedad que surgió en...▬Adelina fue interrumpida por algunos toques en la puerta del salón, poco después un criado entró en la habitación.