[Unicorn Wars] Padre y tu (Descontinuado)

Capitulo 1: Una manzana | Chapter 1: An Apple

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Versión en español:

"Te doy una manzana a que te tomes agua bendita de la iglesia" dijo mi compañero apuntando la iglesia con su dedo. Justo cuando iba rechazar su oferta en su mano logre ver la manzana,  era una de las frutas más hermosa que habia visto. Era la más grande, jugosa y su color rojizo resaltaba con la luz del sol qué crucia de las ventanas del salón. Una fruta así nunca se vende en un hospital militar. "Esta bien" estreche mi mano, " trato hecho".

Seguí con mi rutina en la enfermería, atendía a los soldados que sufrían de quemaduras provocado por una explosión durante su entrenamiento. Cada rato revisaba mi reloj con ansias, solo podía ir en mi horario de almuerzo para cumplir mi misión, era mi oportunidad única.

Mi estómago comenzó arder con hambre con tan solo imaginarme a esa fruta. Cuando finalmente tocó las doce, inmediatamente me lavé las manos,  guardé mi equipo de enfermería y salí casi tombulando del hospital. Nunca en mi vida había corrido tan rápido menos a una iglesia, mi corazón palpitaba tan fuerte qué sentía que casi explotará de mi pecho. Al llegar a mi destino tomé un momento para recuperar mi aliento mientras daba leves masajes en mis pobres piernas, puse mi mano en la puerta pero en vez de abrirla mi conciencia me detuvo. ¿Qué pasa si me atrapan?

Moví mi cabeza, no, todo estará bien. De seguro que todos fueron a comer, nadie sospechara qué alguien tomó agua bendita. Además si un soldado me ha visto entrar de seguro pensará qué solo vine a confesar mis pecados. No lo heches a perder. Di un último vistazo al hospital, seguro de que mis compañeros me estaban viendo por la ventana.

Solté un ligero suspiro pero aun asi no logró calmar los nervios de mi corazón, con mucho cuidado abrí la puerta y asomé mi cabeza, cuando me aseguré de qué nadie estaba me metí. Con mucho cuidado sin hacer ruido fui donde se encontrabá el agua, junte el liquido en mis manos y me lo acerque en mis labios. Misión cumplida.

Al terminar le di un pequeño vistazo al edificio. Todo era luminoso y tranquilo a la vez, me sentí en paz. Lo que captó mi atracción fueron las ventanas, cada una era más hermosa que la otra pero uno en particular me llamó la atención.

"Me imagino que tienes sed." Una voz interrumpió, del tal susto terminé escupiendo el agua. Cuando volteo a ver a mi lado se encontraba el Padre con un vaso de agua en su mano. ¡¿En serio creía que tenía sed?! Es mejor que lo pensara así, estaría muy decepcionado si supiera que todo esto fue por una apuesta.

Mi cara se puso roja de vergüenza, agache mi cabeza como un niño castigado evitando contacto visual con el padre. "No te asustes, tómala" me dijo con un tono suave, timidamente agarré el vaso de sus manos y de reojo note una leve sonrisa en sus labios. No quería tomar de su agua, era aprovechar su bondad, pero no me quedaba de otra más que beberla.

Le di un pequeño surbo mientras el sacerdote me daba compañía, observandome. Esto le dio ventaja a mi conciencia que no dejaba de castigarme, aunque sus ojos estaban ocultos por el gruesor de sus lentes aun podía sentir su mirada. Mis nervios aumentaban y mis manos no dejanban de sudar.

Después de beber un poco, le devolví el vaso "Oye um, gracias por el agua. Fue, em, fue muy amable de su parte" sonreí nerviosamente. El Padre me miró confundido, "Espera, ni siquiera terminaste de beber tu agua. ¿Te hice sentir incómodo?" Preguntó.

"¡Oh no no no! ¡claro que no! No es eso, es solo que.... um, no estoy acostumbrado a que otros sean tan generosos conmigo."

"Ah ya veo, no te preocupes," puso su mano en mi hombro, un gesto común y simple pero que logró calmar mis nervios que tanto me esforcé por controlar.  "Sabes, nunca te he visto rumbar por la zona militar, ¿acaso eres nuevo aquí?" preguntó el Padre, sentí un poco de alivio de qué no tocara el tema acerca del agua.