Misión, enamorar a Popee ||Popeextu||

Desenlace

—¿evolucionar?, pero yo no note ningún cambio en mi, ¿cómo es entonces posible?.

—¿notaste que tus heridas tardaban menos en sanar?, ¿te sentías cada vez más cómoda hasta el punto de sentir que siempre has pertenecido ahí?.

Me puse a reflexionar sus preguntas unos instantes y me di cuenta que era cierto, todo coincidía.

—¿significa que eh evolucionando para estar en masuda world?.

—es correcto —asistió—, tienes una oportunidad de seguir viviendo en ese mundo o morir, depende de ti.

Me quedé pensando unos instantes, a decir verdad no tenía muchas opciones. De igual manera, era demasiada información que procesar.

—te daré unos momentos para asimilarlo —dijo para luego esfumarse.

Mire hacía el frente, aún estaban en las pantallas transmitiéndose en vivo ambos escenarios.

Por una parte, se encontraba mi madre, llorando desconsolada por el estado en el que se encontraba mi cuerpo, postrada en una cama, conectada a unas máquinas que le daban vida a mi corazón. A la sala, llegaron ambas amigas, tanto mi mejor amiga quien también se encontraba devastada, cómo Nora quién la acompañaba con papel en mano, sabía de qué se trataba.

—"lamento mucho la perdida" —se expreso Nora— "pero antes de aventarse a la carretera me dejó esto, para ambas" —extendió sus manos con sobres en cada una.

En aquella gran pantalla pude ver como ambas abrían y leían mis cartas. A pesar de haber sido escritas con el propósito de despedirme si en todo caso ya no pudiese volver, aun así no esperaba que de verdad llegaran a leerlas, mas sin embargo, me tiene mas tranquila haberlas escrito.

Por supuesto, fue de esperarse que tanto mi madre como mi mejor amiga rompieran en llanto al saber todo aquello que guarde y no exprese en vida.

—"¡es mi culpa!" —grito eufórica mi madre— "ella siempre intento hablar conmigo pero nunca le hice caso, la ignore deje pasar la oportunidad de arreglar las cosas con mi hija ahora ya es demasiado tarde" —decía entre llantos.

Sentía un dolor en mi pecho y un nudo en mi garganta al mirar a mi madre quebrarse de esa manera, arrepentida de sus actos.

De pronto mire hacia la otra pantalla en donde se encontraba igualmente mi cuerpo inerte ante quien se convirtió en mi amado, aquel chico rubio quien también lloraba desconsolado a un lado mío.

—"hice lo que pude pero dudo que pueda despertar" —expreso con profunda tristeza.

—"¡no, no, no!" —grito el aprendiz de payaso con angustia y aflicción— "¡tiene que despertar!".

Aquel conejo pálido comenzaba a tornar su rostro en rojo intenso, tanto por la ira acumulada como por el llanto que convertía sus hermosos ojos zafiro en carmesí, hinchándolos al liberar tantas lagrimas.

Pude ver como mi chico malhumorado echar a gritos a los demás integrantes del circo, pidiendo dejarnos solos y una vez se retiraron comenzó a romperse, gritar y patalear, arranco su gorro y con agresividad se acerco a mi cama, para gritarme en la cara:

—"¡no te puedes morir engendro!" —se tomo unos segundos en los que trato de reprimir su llanto en vano— "no se que voy a hacer sin ti a mi lado, llegaste a mi vida de la nada, invadiste mi espacio y te convertiste en alguien tan importante para mi, jamás creí llegar a enamorarme pero tu me hiciste cambiar, tal vez para bien y ahora te atreves a marcharte así nada mas, ¿Por qué tenias que provenir de un lugar donde son tan débiles?".

Continuo llorando, esta vez con menos intensidad o menos drama pero con el mismo dolor en su corazón.

Regrese la mirada a mi belong world, mi madre y mi mejor amiga devastadas, mi cuerpo conectado a maquinas, apenas vivo pero sin alma fue entonces que entendí, que uno no se da cuenta de el valor de los momentos hasta que se convierten en recuerdos. Me hubiera gustado haber arreglado las cosas con mi madre, haber hablado mas con mi mejor amiga y haber tomado mejores decisiones, sin embargo tampoco me arrepiento de la decisión de haber viajado a Masuda world pues simplemente conocí a mi enamorado, fui mas feliz y pude ayudarlo a ser su mejor versión, mas aun me falta tiempo, vivencias y experiencia en aquel circo hilarante.