Capítulo 6

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Nisha siguió con dolores continuos en el vientre durante toda la semana. Aquello le molestaba, porque no era capaz de identificar la causa exacta de lo que le ocurría. Por un lado, intentaba ignorarlo, pero por el otro sentía que necesitaba acudir al doctor para observar aquel malestar.

No dijo nada a nadie, uno de los mayores puntos débiles de Nisha era que le costaba mucho trabajo expresar sus emociones. A su familia apenas le decía nada de lo que padecía, en parte, porque sabía de antemano que todo lo que les pudiera contar resultaría más un estorbo para ellos que otra cosa.

Sin embargo, una mañana, los dolores llegaron a tal punto que la joven no podía levantarse de la cama. Sufría como nunca lo había hecho y no tuvo más remedio que avisar a su madre, Indira.

Tras intentar en vano varios movimientos de estiramiento, la madre de Nisha decidió llamar a la ambulancia, que llegó al poco tiempo y la llevaron directamente al hospital para hacerle pruebas.

La joven estaba inquieta, esperaba que todo quedara en un susto, pero sabía que también existía la probabilidad de que fuera algo más serio. Preocupada, envió un mensaje a Lucía para prevenirle de lo que le había ocurrido.

Le hicieron pruebas de todo tipo, Nisha pasó la mañana siguiendo a los doctores de un lado para otro, sin moverse de la camilla que le habían proporcionado. Nunca se había encontrado en una situación como aquella y tenía mucho miedo de lo que pudieran descubrirle. Cuando acabaron las pruebas, la dejaron en una habitación, donde su madre, en un principio, y más tarde su abuela, la acompañaron hasta que recibiera los resultados.

Sus familiares intentaron tranquilizarla como podían. Le hablaban de varios problemas que habían tenido la noche anterior, en la que Nisha no trabajó en el restaurante, con algunos clientes y comenzaron a contar chismorreos que habían descubierto de algunos vecinos.

—Y luego está Juana, la del chihuahua, el otro día su perro se había liberado del arnés y ella no se dio ni cuenta, seguía andando con tranquilidad hasta que un niño se lo dijo. Luego, imagínate, todos los niños del parque que corrían tras el perro para capturarlo—contó Indira.

En ese momento, el teléfono de Nisha comenzó a sonar, la chica, sin dudarlo más de dos segundos y casi dejando a su madre con la palabra en la boca, alargó la mano hacia la mesita de noche donde se encontraba y respondió a la llamada.

—Hola, Nisha, acabo de llegar al hospital. ¿En qué habitación estabas?

—En la 216, segunda planta del edificio B. Es un poco difícil de encontrar, cuando llegas a la segunda planta hay una cafetería, la cruzas y pasas por un pasillo que te lleva hasta un patio interno, luego giras a la derecha y por ahí deberás encontrar la habitación.

No cabía duda de que la llegada de aquella chica le causaba mucha alegría. Su madre y su abuela cogieron su bolso y fueron a la cafetería unos minutos mientras ella se quedaba con su amiga.

Al llegar, la chica corrió hacia la cama y dio un gran abrazo a Nisha, quien estaba sentada en la cama apoyada contra el cabecero de la misma.

—He venido en cuanto me he enterado de la noticia, se lo he dicho a Pablo y él se ha quedado con Raúl. ¿Qué es lo que te ocurre?

—No lo sé, hace varios días que siento unos dolores tremendos en el vientre que no desaparecen. Hasta ahora no les di importancia, pero esta mañana fue tan intenso que no podía moverme, me encontraba totalmente paralizada. Me dio mucho miedo en realidad.

—No te preocupes, seguro que es algo muscular que se pasará con algo de rehabilitación

Nisha miró a su amiga con ternura, a la joven madre le costaba mucho ver el lado malo de las cosas y siempre quedada positiva, aunque las noticias fueran nefastas. Quizás por eso mismo, había podido llevar adelante tantos problemas de salud como los que tuvo su hijo cuando era más pequeño y nunca se dio por vencida. Aquel día estaba preciosa, con un vestido azul turquesa muy ligero para poder soportar la calor del verano tan intenso que vivían en aquellos momentos y una felpa rosada que recogía su cabello liso y rubio.

Mi luz en la nocheWhere stories live. Discover now