TaeHyung era feliz con su vida perfecta hasta que un YoonGi en miniatura irrumpe en su casa y queda bajo su cuidado.
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↳ ʏᴏᴏɴɢɪ ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ
↳ ᴛᴀᴇɢɪ
↳ ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ
↳ ᴍɪɴɪ ғɪᴄ
↳ sᴏғᴛ + ғʟᴜғғ
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TaeHyung respiraba pesadamente, apenas si podía moverse en el sofá y sentía cosquillas en su nariz cuando inhalaba.
La noche se le había hecho corta y, a pesar de estar muy incómodo, había dormido como dios manda.
Parpadeó repetidas veces cuando la luz de la mañana lo encegueció y tuvo que ahogar un grito cuando vio a un chico desnudo acostado sobre él.
Se mantuvo quieto, analizando la esponjosa cabellera rubia encima suyo y tomó aire antes de moverse lo más mínimo y mirar el rostro se su acompañante.
YoonGi.
Sus ojos se abrieron de par en par y tomó una manta que había en el respaldo, tapándolo inmediatamente, tratando de no moverse bruscamente.
YoonGi era grande.
YoonGi estaba desnudo y grande encima suyo, en el sofá.
Una sonrisa de alegría pura se formó en sus labios y, sin saber que hacer primero, lo abrazó comenzándole a hacerle cosquillas.
YoonGi rió suavemente antes de abrir los ojos y golpearle en la mano, sonriente.
Su sonrisa se desvaneció, palideciendo, y se golpeó la frente por ser tan bobo como para quedarse dormido y no haber huido, había perdido la oportunidad de que TaeHyung se librase de él. Hizo un mohín, frunció el ceño y se levantó del sofá con los brazos cruzados.
Se levantó del sofá, sin saltar, solo haciendo un mínimo esfuerzo.
Gritó sorprendiendo al mayor y se subió al sofá de un salto, aferrándose a TaeHyung.
— ¡He crecido! ¡Ya no soy un bicho! ¡TaeHyung, he crecido! — Los gritos de YoonGi se oían por toda la sala y TaeHyung no podía creer que ese pequeño tuviera la voz tan hermosa y relajante, pegaba completamente con su rostro de bebé y hermosos rasgos. Le encantaba.
De un movimiento lo recostó encima de él y le plantó un sonoro beso en los labios, callándolo.
—Son las 7 de la mañana, bebé, los vecinos van a odiarme. — Dijo TaeHyung riendo al ver como todos los colores se le subieron al rostro a YoonGi.
