Precedentes

De la oscuridad nació la luz... del agua nació el fuego y del frío nació la calidez... del sol nació la luna y de la guerra el amor. La tristeza tiene su precedente, una historia de felicidad, si quieres debes intentarlo, tus sueños se pueden convertir en tu realidad. Del suelo nació las plantas y de las plantas los animales, del mar nacieron los peces y así continua un flujo incoherente tomando color. Desde que naciste un futuro se escribe o se borra, eso depende de ti. Si la tristeza tiene su precedente de seguro es la felicidad, nacemos siendo felices o tristes como niños hambrientos de amor. Quizás la oscuridad no nació de la luz, quizás el agua no nació del fuego, o quizás del frío no nació la calidez, pero depende de ti. De la fuerza nació la debilidad, del cielo nacieron las estrellas, de la luz nació el color, de la esperanza nació la paz, y de aquella paz naciste tú. Las llamas se apagaron, las cenizas se esparcieron por el viento y aquellas que aún estaban calientes brillaban con un rojo carmesí distintivo, pero, si la tristeza tiene un precedente, debe ser la felicidad. Si aún nos agrupamos para sentir la calidez de otros, entonces ahí está la fe. Si desesperamos, si no abrazamos a nuestros niños, y si no agradecemos la comida junto a ellos, entonces sus sueños se desperdiciarán. Pero si la felicidad tiene su precedente, obviamente debe ser la tristeza, porque aun si termina el camino, debes continuar.

Un grupo de niños sombríos sentados bajo la lluvia fría, ellos solo pueden soñar, volar y viajar a la calidez de un hogar que ensueños son amados. ¿Duele el dormir bajo un techo cálido?, ¿Es difícil comer cuando está caliente? "Si supiera como poder protegerlos, si tan solo su mano no resbalara, ¡no se rindan mis niños!", siempre pensaba.

De la oscuridad brotó una luz, una gota de líquido encendió el fuego, en ese pequeño espacio frío se calientan unas diminutas criaturas, de ese pedazo de sol, una luna acopló, de aquella lucha aún apreciabas amor, pero todavía no termina, y miró como cada uno le abandonaba. Si la tristeza tuviera un precedente de seguro es la felicidad, entre llantos una madre que no puede proteger a sus hijos, entre lamentos solo mira, sin nadie que la observe, sin nadie que la consuele, no puede ni debe mostrarse débil. De aquella tierra se elevaron para poder florecer, y de ellos hubo descendencia, del fruto de sus logros se pudo comer, reír y cantar. ¿Es que, acaso, continua el flujo de incoherencias? [Si tan solo tuviera más para ellos. Este sería un lugar mejor] fueron sus últimas palabras.

Como cualquier otro día, un barco zarpó. Con un destino desconocido y con una ruta impuesta por otros, se marchó. Pero ella no estaba triste, no sabía qué pensar, si la vida la golpeaba, ella solo lloraría de impotencia, ¿fue la vida tan dura siempre? ¿Nadie siente pena por ella? ¿Por qué ella merecía aquello? Solo miraba como se la llevaban, si no fuera un cobarde, quizás, esta historia no se contaría. Pero soy una triste hoja que solo se dejó llevar por el viento, y no pude moverme siquiera, por eso escribo este mensaje años después. Si mi vida valió para algo, al menos quiero que sea para contar aquella desgracia, aquella tristeza. Si supiera como quitarme el lamento que tengo encima hubiera creado un mundo nuevo. Si supiera que esto pasaba repetidas veces, talvez, esta historia no continuaría. ¿Realmente la tristeza precede de la felicidad?