Al final se acabaron las bebidas y el grupo se levantó para dar un paseo por el paseo marítimo y echar un vistazo a las diversas diversiones que se ofrecían. Harry estaba asombrado de lo mucho que Severus y Lucius habían conseguido en tan poco tiempo. Cuando Harry la había visitado dos años antes, sólo había una hermosa playa e incluso cuando Harry había estado allí a principios de ese verano, las fachadas de las tiendas habían estado casi vacías. Ahora, sin embargo, todos y cada uno de los escaparates estaban llenos de tiendas diferentes, que a Harry le recordaban mucho a algunas de las playas muggles que había visitado con Severus en el pasado. La sucursal de Florean Fortescue's estaba abarrotada, incluso con la gran terraza que tenían. También había una sucursal de Honeydukes, que estaba igual de concurrida, y a Harry le hizo sonreír ver que parecían estar vendiendo esculturas conmemorativas de caramelos de roca moldeados con la forma del muelle, y Harry hizo una nota mental para pasarse más tarde a comprar uno, pues quería algo con lo que recordar aquel día.

No era de extrañar que todas las tiendas parecieran estar a reventar, ya que Harry se inclinaba a pensar que todos los magos del mundo estaban en la playa aquel día y, al parecer, Harry no era el único.

-¿Vienes a ver los frutos de tu trabajo?- preguntó Lucius mientras él y Narcissa se acercaban a ellos en el paseo marítimo.

-No, Lucius, sólo disfruto del aire del mar con mi prometido-, sonrió Severus y Harry descubrió que su sonrisa aumentaba de algún modo ante el primer uso público de su nuevo título.

-Bueno, espero que visites algunas de las atracciones, la noria parece ser bastante popular y estoy buscando la manera de tratar de trabajar en algunas atracciones diferentes sin que se vaya la electricidad-, respondió Lucius.

-Sigo un poco sorprendido de que precisamente tú estés mirando cosas muggles, Lucius- le preguntó Sirius, pero Lucius se limitó a negar con la cabeza.

-Es un buen negocio, Sirius. Una playa está muy bien cuando hace buen tiempo, pero no será tan bueno si tenemos un mal verano, así que tengo que buscar formas de diversificar. De hecho, estoy pensando en organizar carreras de caballos, por si alguno de ustedes, caballeros, está interesado en entrenar uno para participar. Necesitaríamos unos cuantos para hacerlo interesante y sería un poco inútil si todos los proporcionara yo-.

-¿Como las carreras de caballos muggles?- preguntó Harry.

-Algo un poco más divertido-, sonrió Lucius. -Estaba pensando en entrenar a los granianos y montar un circuito de vuelo por la ladera del acantilado y alrededor, sobre esa zona boscosa-.

Harry lo pensó un momento y luego asintió. -Suena divertido-.

-Va a ser un poco complicado para ti con tus estudios y el Wizengamot-, advirtió Severus, pero Harry se encogió de hombros.

-Seguro que a Asher no le importaría ayudar, o a Sirius-.

-No sé-, Sirius frunció el ceño, -no sé hasta qué punto podría ser bueno criando a otro ser vivo. No siempre he sido la persona más responsable-.

-La mayoría de nosotros no somos excesivamente responsables en nuestra juventud-, Charlie se rió entre dientes, -y tú no tuviste precisamente mucho tiempo para madurar fuera del colegio, aunque creo que últimamente has estado haciendo un trabajo bastante bueno- Sirius sonrió.

-También será una buena práctica para cuando tengan sus propios hijos-, bromeó Harry.

-He dicho que aún no-, gruñó Sirius.

-Pero eso significa que con el tiempo, querido primo-, se rió Narcissa.

-¡Tú también no, Cis!- se quejó Sirius.

THE PRICE OF FREEDOMWhere stories live. Discover now