El comienzo I/III

Start from the beginning
                                    

Algún día sacaría una cita para ver a un médico, su madre siempre creyó en la posibilidad de que estuviera loco.

— Sigan en sus propios problemas, gente inútil —Dijo, mientras pasaba por al lado de un anciano con el ceño fruncido.

Y desde allí decidió no pelear más consigo mismo, por lo menos hasta llegar al colegio.

Por lo menos, no pasaron más de veinte minutos hasta que por fin llegó a su secundaria. Se paró frente a la entrada, y no dudó dos segundos en pasar.

Miró hacia todos lados, pudo visualizar bastantes personas y chicos de secundaria/universidad pasar el rato con sus amigos, por lo menos hasta que empiecen las primeras clases. Luego recordó que el colegio se conformaba con habitaciones para los estudiantes que vivían lejos, y eso le hizo comprender el porqué estaban allí tan temprano.

Y aunque él también quisiera vivir solo (sin su madre), no podría, ya que el camino de su casa hasta la escuela no era exageradamente largo.

Pero- ¡No nos salgamos del tema! Todavía tenemos que seguir narrando el día del carnero.

El chico se acercó hasta su dichoso casillero (nunca creyó en utilizar uno, hasta que descubrió que su secundaria se parecía a una de película), y sacó algunos libros de allí. Tenía Historia, materia que juraba odiar.

Se dió la vuelta, decidido a ir hasta su salón de clase.

¿No que querías tener amigos, compañía? ¡Es tu momento de actuar!

Agh... Bien, ya va —Susurró para sí mismo, terminando de guardar sus libros.

No vió a nadie por el corredor, le pareció algo raro... A excepción de un pelinegro que pasaba caminando por ahí.

El peliazul lo miró de arriba abajo, se encogió de hombros y se acercó a él. Pudo reconocerlo como un compañero en clases de geografía, y lo sabía porque él nunca asistía a esa misma clase.

— Hey, ¿cómo estás? —Preguntó, tomando la iniciativa de cualquier conversación normal.

El pelinegro solo lo miró con el ceño levemente fruncido.

— Estoy bien, gracias —Respondió cortante, alejándose del peliazul.

— ¿Tan mal estoy? —Le dejó pensando en voz alta.

— Tal vez —Susurró una voz en su oído izquierdo, que no pudo reconocer como su imaginación.

Se asustó, hasta él lo admite. Se separó de un salto del supuesto fantasma que lo acababa de atormentar, mirando casi espantado al chico que tenía a su lado.

— No soy ningún espectro para que te espantes así. Ya veo porqué se alejan de tí.

Aries recuperó la compostura, para hacerle frente al más bajo, quien le estaba incitando a contestarle.

¡No seas idiota! ¡Es tu oportunidad de hacer mínimamente un amigo!

Se detuvo a último momento, volviendo a pensarlo por segunda vez.

— Ehh.. Sí, si, tienes razón, o sea, no eres ningún espectro, aunque si asustas, pero... Cuál es tu nombre?

Aquel pelinegro levantó una ceja, en señal de confusión por el comportamiento del menor.

— Virgo Stewart, ¿y tú? —Contestó, alzando una mano. Ya le daba igual si estaba hablando con raritos o no.

— Aries Davies —Dijo, terminando de estrechar su mano con, ahora, el chico conocido.

Two choices: Villains or Heroes (Zodiac)Where stories live. Discover now