Ragen

Veinte

—No recuerdo nada de lo sucedido las últimas semanas —mentí con descaro—. Temía decirles y que me tomen por loca.

—Vuelve al área S —se dirigió a Antoni y luego que se fue guardó silencio.

—¿Usted cree en Dios?

—Si no lo hiciera no sería hermana.

—Quiero irme.

—Todos desean lo mismo pero nadie busca cambiar, huyen de las consecuencias y continúan lastimando a los demás.

—Hermana Rosa, ¿es justo sacrificarse por alguien que amas?

Sus ojos negros bajaron al suelo, pareció recordar algo del pasado.

—Si, Jesús hizo lo mismo por nosotros —en ese momento ingresó el padre Samuel y me extendió un vaso con jugo de naranja.

Me vi en la obligación de aceptar y tomarlo sin degustar.

—¿Te encuentras mejor, hija?

—Si padre Samuel, sus cuidados fueron de gran ayuda, sin embargo, me angustia estar sola.

—Será por poco tiempo, te buscaremos una nueva compañera.

Antes de marcharse se despidieron y en cuanto la puerta quedó cerrada me puse de pie, debo encontrar a Shun, jamás me permitiría perderla a ella también.

Una corazonada me llevó a buscar bajo el colchón de Shun, por fortuna dejó algunas hojas pero no narraba cosas relevantes, recostada contra el frío suelo miré el techo.

Estoy condenada.

Si tan sólo mi vida hubiese sido diferente quizá no habría sufrido.

La vida del ser humano es un completo enigma, no sabes qué mierda te pasará.
Recibes cosas que mereces mientras que algunas no, mis decisiones me han llevado a fingir y ser vulnerable cuando en realidad dentro de mi hay una chispa que clama venganza pero, no pudo, no en mi situación actual.

El clic de la puerta abriéndose ahuyentó cada pensamiento, una sombra se adentró y con una linterna apuntó a mi rostro evitando reconocerlo, no es Ragen, eso es seguro.

—Perdona que entre de esta manera —la voz del director Omar me tomó desprevenida—. Nos aseguramos que nada te suceda.

—¿Puedo hablar con usted?

—Es hora de dormir.

—Es sobre mi —insistí.

—Bien, sígueme.

Entramos a su oficina y nuevamente miré por la ventana el árbol de manzanas, un sabor amargo se alojó en mi reseca garganta, tomé asiento y esperé hasta que él hiciera lo mismo, movió su mano en señal para que hable.

—Este lugar ayuda a jóvenes que tienen una vida miserable pero hasta ahora no veo ningún progreso.

—OSRAN siempre busca el bienestar de sus pacientes, es claro que los resultados tarden en aparecer, no todos los chicos logran recuperar su memoria.

—¿A qué se refiere?

—Desde un principio se te advirtió no interactuar con los chicos del área S, todos ellos sufrieron traumas tan graves que sus recuerdos fueron guardados, no conocen sus verdaderas identidades y viven en un mundo de fantasía donde se creen asesinos, confunden la realidad con los escenarios de su mente, en especial Ragen y Frank que son vistos como dioses por sus compañeros.

—Insinúa que están locos.

—Lo están, se meten tanto en su papel que hacen creer a los demás que matan personas, es por eso que te pido tomar distancia, eres la primera chica que consiguió acercarse tanto a Ragen, queremos ayudarlo a salir de ese sueño y acepte que es un humano corriente.