La niña corrió hasta su padre y se fueron, Buddy hizo lo mismo despidiéndose, y solo quedaron ellos tres.

—En serio... —comenzó a decir Oker de nuevo, pero Ivory le silenció con un dedo que osadamente llevó hasta sus labios.

El omega bizqueó al mirarlo allí posado. Ivory se olvidó del mundo al sentir sus labios contra su dedo.

—¿Quieres que no te acompañe? —Solo eso haría que Ivory se lo pensara, ni siquiera estaba seguro de que no fuera a ir si el omega decía que no, siendo sinceros.

Oker no contestó, pero sus ojos sí lo hicieron, sí quería que fuera.

Aquel viernes estaba siendo realmente diferente, en su casa, no podía quitarle los ojos de encima.

Tampoco lo hizo cuando Ivory se comunicó con Zec para sugerirle su asistencia al evento.

Al parecer, Zec ni siquiera sabía que su omega asistía a una asociación, hacía días que lo notaba extraño, pero últimamente para Ivory todo era extraño. Y en la relación que ambos tenían, debía reconocer que siempre había sido Zec el que había hecho los máximos esfuerzos.

Quizás no solo había estado siendo un cretino con los omegas, también había estado siendo un amigo horrible.

La mirada huidiza del omega, demasiado pendiente de aquella conversación, le decía que algo sucedía en aquella relación que él había intuido, pero que sinceramente, no había querido profundizar.

La cena podría servir para algo más que dejar claro que Oker tenía un alfa detrás, no llegaba a entender de qué modo, era realista, pero Ivory existía, y lo iba a dejar claro.

Pero también podía ver a su amigo fuera de la oficina donde debía era consciente ahora que hacía días que no le veía. El alfa aducía una gran carga de trabajo en su departamento, pero eso, pensándolo bien, no era algo que le hubiera retenido anteriormente para buscar un momento de desconexión con él.

Ω

Oker estaba nervioso, muy nervioso, ni siquiera el día que se encaminó a la casa de aquel alfa cuando le ofreció un empleo dudoso recordaba haber estado tan nervioso.

Ivory iba a ir a buscarlo a su casa, ya había estado allí, ya había visto dónde vivía, pero las cosas habían cambiado tremendamente desde ese día a aquel.

Él había cambiado desde entonces, y sobre todo, el alfa parecía haberlo hecho.

—Estás guapísimo —le dijo Lea con cara de orgullo, quería abrazarlo, pero no quería arrugarle el traje.

Milo había mandado por mensajería aquella mañana un traje que le quedaba a la perfección, y Oker no había podido no aceptarlo, porque en realidad no tenía qué ponerse para algo así.

Él estaba nervioso, muy nervioso y no paraba de ajustarse las solapas, los puños, que el pelo quedara tal y como él quería, ¿cuántos años hacía que no debía preocuparse por ese tipo de cosas? ¿Que ni siquiera le habían interesado?

Pero esa noche lo hacían, quería verse bien, necesitaba verse bien.

Cuando Buddy le habló de la cena, Oker la rechazó de plano. No podía ir a algo así, de hecho, muchos de los omegas como él no iban, no se sentían seguros aunque Buddy les asegurara que todo iría bien.

Y eso también era parte por lo que estaba nervioso, Ivory ya le había demostrado que no le importaba lo que otros pensaran, al parecer, eso se extendía a casi todo en su vida.

Pero podía ser algo desagradable, para tranquilizarse se decía que Olson y Buddy no le pondrían en una situación así, confiaba en ellos.

Pero la verdadera fuente de su turbación es que aquello parecía demasiado una cita, una cita entre un alfa y un omega, entre Ivory y él.

Volvió a mirarse en el pequeño espejo de la entrada, no quería sudar ese traje tan bonito, pero sentía que estaba a punto de estropearlo. El timbre sonó, y Lea parecía emocionada.

Esa noche se quedaría con Kyle, había esperado que ella no pudiera para tener una excusa perfecta para rechazar la invitación, pero su amiga no se lo había puesto fácil.

Oker hizo el amago de salir al escuchar el timbre, pero Lea no se lo permitió.

—Que suba a por ti —dijo ella, sin darle opciones.

—Lea, no es eso.

Pero ella abrió y el timbre del portal no volvió a sonar hasta que lo hizo el de la puerta de su domicilio.

Ivory se veía espectacular, ridículamente espectacular, Oker se quedó en blanco mirándolo.

Tendría que haber sido él el que abriera, de hecho tendría que haber bajado, estaba hiperventilando, y era una estupidez hiperventilar era una cena benéfica en su asociación, nada más.

—Buenas noches —dijo Ivory, y fue Lea la que le invitó a pasar— ¿estás listo?

Oker asintió, pero Lea le retuvo un momento.

—Kyle quería que le dieras un beso antes de irte —mintió Lea, su hijo estaba dormido, él lo había acostado y dado aquel beso ya.

Pero la mirada insistente de Lea le hizo meterse por el pasillo hasta su habitación.

Kyle efectivamente estaba dormido, pero él le besó igualmente, su olor infantil y familiar le calmó un poco, y le dio tiempo para recomponerse.

Era una cena, a la que ni siquiera irían ellos dos solos, no tenía que darle más vueltas.

Cuando salió, para su sorpresa, Lea sonreía e Ivory parecía levemente incómodo, podría incluso decir avergonzado.

Oker tendría unas palabras a la vuelta con su amiga.

—Pasadlo bien —le dijo Lea.

El ascensor no funcionaba desde antes de que Oker se mudara allí, así que cuando llegaron abajo seguían en silencio.

El coche de Ivory desentonaba demasiado en su barrio, y ya tenía a algunos individuos observándolo codiciosamente.

Pero nadie los molestó, y de nuevo en silencio se dirigieron hacia la asociación.

Era el mismo lugar al que iba todos los jueves, pero sin embargo, se veía distinto.

Miró a su acompañante, estaba a punto de volver a decir que no era necesario, que podían irse.

—Ni se te ocurra —le dijo Ivory, y en su tono, de normal autoritario había un leve rastro de humor, uno que le hizo sentir cómodo, eso o que se había acostumbrado demasiado a ese alfa.

Ambos salieron del coche, y notó como Ivory lo pegaba a su costado, y como siempre, se sentía excesivamente bien.

Iba a ser una noche larga, muy larga.

Es viernes por fin, qué semana más rara

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Es viernes por fin, qué semana más rara.

Se han ido de cena juntos, en mi pueblo eso es una cita, pero estos dos están tan ciegos que no se dan cuenta de nada.

Ya os digo que va a ser una bomba 🤣🤣🤣

Espero que tengáis muy buen fin semana.

Besos

Sara

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