Alma gemela en el mar

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Yuta, decidió ir a la playa. Ya habían pasado unas semanas desde ese fatídico día. Pensó que tal vez algo de aire, le haría bien. Estar encerrado solo contribuía a sobre pensar sus errores y eso lo dejaba aún más triste.
  Caminando por la playa, decidió meter los pies en el agua, eso lo relajaria un poco.
  Miraba como el mar pasaba entre sus pies —¿Al pequeño, le gustará la playa? —penso el pelinegro —tal vez debería pregun... Esa información tendrá que esperar para recibir respuesta y solo si llega a ser perdonado, ya que se había portado como un completo tonto.
    Otra vez se le partía el corazón, le dolía pensar en su alma gemela. Dejo ir a la persona más hermosa de todas. Estaba revolcándose en su propia miseria, cuando sintió que alguien lo observaba, extrañamente no le incomodó, más bien, fue casi como si lo estuvieran protegiendo —¿Es mi imaginación?  —penso Yuta —¿Termine por volverme loco tal vez? Reflexionó unos minutos, entre si, ver o no, al dueño de esa mirada, tan extrañamente cómoda. Al voltear ya no había nadie. ¿Quién habrá sido? ¿Quien querría protegerlo o si quiera quererle bien? Yuta se golpeó mentalmente, ya estaba depresivo, otra vez, era difícil deshacerse de los viejos hábitos. Aunque recién estaba yendo al psicólogo, sabía que debía poner de su parte; y pensar de si mismo, que era una criatura, no digna de afecto, no le ayudaba en nada. Yuta recordó que su alma gemela tenía una mirada dulce y amena, probablemente, él, lo miraría de manera protectora, pero su chico estaba a kilómetros y kilómetros de distancia. 
 Okkotsu decidió volver a casa, ya tenía suficiente de aire marino por un día. No sin antes preguntarse, quien era la persona que lo miraba.

Continuará......

Alma Gemela Where stories live. Discover now