FRENTE A FRENTE

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Ahí estaba Harry parado frente al nuevo restaurante de su antiguo némesis Draco Malfoy, la ficha de información que le había entregado el ministerio daba un detallado resumen de la vida de Draco en los 10 años que habían pasado desde su exhilio, cómo el rubio había empezado con un trabajo de lavaplatos en un restaurante para después educarse a sí mismo en las escuelas muggles para adultos hasta convertirse en el chef de cabecera y dueño del establecimiento que acaba de abrir algunos meses atrás. 

Harry no podía dejar de sentirse impresionado, jamás habría podido imaginar a Draco conviviendo con muggles mucho menos sirviéndoles o preparando comida para ellos, pero el restaurante era todo un éxito desde su apertura; incluso los muggles famosos iban ahí de todos los lugares de Inglaterra para probar su comida.

-¿Mesa para uno?, una chica castaña y menuda le hablaba con una sonrisa amable en la boca.

-Si, contestó Harry saliendo de su ensoñación y necesito hablar con su jefe.

-La chica puso cara de pocos amigos, llevó a Harry hasta una mesa y le habló al gerente del lugar; un hombre alto de cabello negro y ojos profundos color avellana se dirigió a la mesa del auror.

-¿Hay algo en lo que pueda ayudarle caballero?, el hombre mostraba una sonrisa cortés aunque se veía algo preocupado por la presencia de Harry.

-En realidad necesito hablar con el dueño del lugar indicó Harry, soy amigo personal de Draco Malfoy y he venido a visitarlo.

A la mención del nombre el gerente hizo un gesto que Harry no pudo descifrar, nuestro chef estrella se encuentra ocupado en este momento; es hora pico después de todo pero si gusta esperarlo, ¿Quién le digo que lo busca?

Harry hizo una inclinación de cabeza y dijo, dígale por favor que soy Harry Potter y que tengo una asignación.

Unos momentos después un ruido ensordecedor salía de las cocinas, aparentemente el gerente había informado a Draco de su visita.

Harry esperó pacientemente a que toda la gente abandonara el lugar, su copa seguía siendo llenada con agua y las miradas de los meseros, capitanes y demás trabajadores lo escrutaban disimuladamente al principio y luego con cierto tipo de recelo y desconfianza.

Muy entrada la tarde Draco salió al fin de la cocina; vestido completamente de blanco y con el cabello largo recogido en una pulcra coleta que no dejaba ningún cabello suelto, en cuanto vio a Harry su mirada se endureció y el moreno recordó sus épocas de escuela cuando su compañero lo miraba de esa manera altiva y odiosa, tal vez no ha cambiado mucho pensó para sí mismo.

-¿Qué haces aquí Potter? El tono de voz y las palabras arrastradas de Draco denotaba el descontento del chef.

-Me asignaron para revisar tu caso, Harry se sentía cada vez más incómodo.

Draco se sentó a la mesa de Harry sin preguntar nada más; uno por uno los miembros de su personal salían de la cocina con sonrisas en la cara y se despedían de Draco de manera cálida y mirando a Harry de forma desconfiada.

Por último el gerente del lugar también abandonó su oficina, llevaba el saco en la mano y se había desecho de su corbata, en cuanto Harry lo vio pudo notar lo hermoso que era, había notado que era guapo cuando lo vio por primera vez pero de aquella manera el hombre lucía como un modelo salido de un anuncio de revista.

-¿Quieres que te espere en el auto? Le dijo el hombre a Draco tomándolo por el hombro.

-Si cariño, no tardaré. Las palabras salieron de la boca de Draco en un tono dulce y amoroso que Harry no había escuchado jamás, ni siquiera creía que el rubio pudiera hablar así.

-Su novio solo lo miró, asintió y salió del lugar.

-Ya me vas a decir exactamente qué haces aquí.  El tono de Draco volvía a ser frío y cortante.

Harry solo suspiró e inició con su relato. -Me envía el ministerio, hace tres meses que levantaron la prohibición para que regresaras al mundo mágico y no has vuelto, aparentemente ni siquiera has hecho magia durante este tiempo.

-Claro que he hecho magia, dijo Draco a la defensiva.

-Solo hechizos de defensa y protección en tu casa y en este establecimiento pero nada más.  No has practicado magia diariamente y no has intentado entrar al callejón Diagon, no te has puesto en contacto con nadie del mundo mágico, Harry continuó.

-¿Y con quien se supone que me voy a poner en contacto? Volvió a interrumpir Malfoy, los que me importaban están muertos; estoy acostumbrado a hacer mi vida sin magia y lo continuaré haciendo y si eso es todo de verdad tengo cosas que hacer.

-Si, me imagino dijo Harry sin pensar.

El gesto de Draco se endureció aún más,- No voy a ser juzgado ni por ti ni por nadie Potter.

Los ojos de Harry se abrieron como platos y éste empezó a intentar justificarse pero Draco ya había dado media vuelta y estaba sosteniendo la puerta del restaurante.

-Voy a cerrar Potter y tú no tienes nada que hacer aquí.

Harry salió del lugar arrepentido de haber ido ahí en primer lugar; al día siguiente presentaría su informe sobre Draco al ministerio y se podría olvidar del rubio para siempre.

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