Romperse un hueso (o cualquier herida física que ganes por accidente en el día a día) en un momento de tristeza profunda, puede conducir a dos caminos:
A) Más tristeza y el entendimiento de lo miserable que te sientes.
B) El entendimiento de lo miserable que eres convirtiéndose en algo tan ridículo que no puedes hacer otra cosa más que reír y quizás producir un poco de serotonina para estar un poco menos miserable.
Mi cuerpo se fue por la opción "B" y quizás me dio un par de días alegres.
ESTÁS LEYENDO
FRAGMENTOS DE UN LIBRO MAL CONTADO
RandomEl "qué hubiera pasado si...", existe en mi mente y aún lo anhelo