🔥❄️ ... 𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖 𝙢𝙖𝙮𝙤𝙧! ||Todoroki family [BHNA]

🔥 Casos inusuales.

Un año transcurrió. Un año desde aquel día dónde los dos Todoroki despertaron sus quirks. Un año de riguroso entrenamiento a manos de Endeavor, padre de ambos hermanos y héroe número dos.

―No me gusta entrenar, es aburrido...―Se quejó en voz alta la hija mayor de los Todoroki.

Ella estaba tumbada boca arriba, suspirando con el obvio aburrimiento que dijo tener, Touya, su gemelo estaba en la misma posición que ella: recostado sobre el suelo de la misma habitación que habian comenzado a usar para entrenar desde el día uno. Ambos estaban esperando a su padre, el cuál no veían desde hacía casi un mes debido a su trabajo como héroe.

―¡¿Eh?!―Touya se sentó con rapidez, sorprendido.―¿Pero que cosas dices, hermana? ¡Si entrenar es lo mejor del mundo mundial!―Respondió a las palabras de la susodicha.

Esta volvió a suspirar, aunque antes de poder responderle, la única puerta del lugar se abrió y dejó ver a un fornido hombre de cabellera roja.

―¡Papá, llegaste!―Exclamó alegre el niño.

―Bienvenido a casa, padre―Saludo con calma la niña, poniéndose de pie.

El mayor que se les acercó con una sonrisa en el rostro, pronto se detuvo frente a ambos y cambió su expresión alegre a una totalmente confundida al ver con atención a su único hijo varón.

―¿Qué te pasó en el cabello? Lo tienes blanco.

―¿Qué?―Apenas notó a lo que su padre se estaba refiriendo, el niño pelirrojo comenzó a revolver completamente con ambas manos la cabellera pelirroja con ahora un pequeño mechón blanco.―¡Soy un viejo!

―¿Te lo pintaste con algo?

―¡Claro que no!―Dejó tranquilo su cabello para negar.

―A mi también me pasó―Habló la peliblanca, levantando unos momentos su cabellera, dejando expuesta parte de su nuca, donde un poco del cabello cerca de este estaba en una pequeña porción de color rojo.―Fuyuyu ayer lo notó cuando estábamos jugando a la peluquería y hoy mi hermano apareció con ese mechón blanco.

―Ya veo...―Era extraño.

―Cambiando de tema―Touya prendió en llamas uno de sus puños.―¡Enséñame una nueva técnica, papá!―Y luego el otro para después unir ambas manos, traspasando el fuego de su mano izquierda a la derecha para forma una llama más grande.

Nuevamente una sonrisa se asomó por los labios de Enji; de nuevo, toda su atención estaba puesta en su hijo, dejando de lado -sin darse cuenta de ello- a su hija que decepcionada ante la falta ya esperada de atención desvío la mirada.

Eso era lo que ella odiaba de entrenar, lo que le aburría realmente.

―¿Touka, y tu?―Se sobresaltó, aunque inmediatamente sonrió al ver a su madre.

Rei estaba de pie en el marco de la puerta, viendo a su esposo e hijos en compañía de su hija menor que traía una flor amarilla en sus manos. Touka le sonrió y sin esperar otro segundo más, prendió fuego los cinco dedos de cada una de sus manos hasta dejar que las llamas azules casi celestes se extendieran y cubrieran por completo hasta sus muñecas; claramente este accionar fue más por su madre y hermana, quiénes le aplaudieron al verla, lo que hizo que se sorprendiera al llamar con eso la atención de su padre.

―Touka, pasame tus llamas―Obedeciendo la nombrada tomó con ambas manos suyas la mano derecha de su progenitor, logrando hacer lo que esté le pidió.

"Sus llamas son... más frías que la vez pasada", pensó para sus adentros sin decirle nada a la menor que le sonreía orgullosa.

―¡Quema!―Gritó el niño pelirrojo antes de permitirse apagar la gran llama en su mano, dejando expuesta la quemadura que está causó en su piel.