❝ El lado dulce de la química ❞ || MiChaeng

𓏲 Capítulo 21

— En realidad, no, no lo tiene. Hay una cierta confidencialidad que tengo que respetar, sin embargo, haré una excepción.

Por mucho que quiera decir no me importa y no me interesa nada que tenga que ver con Mina, no puedo decirlo.

— Mina obtuvo 94% en su prueba, no es algo que avergonzarse, al principio no estaba contenta sobre el resultado, pero pronto se dio cuenta que fue la única en tener una puntuación cerca del 100%.

Al parecer Mina no es tan perfecta después de todo. Puede que tenga una pequeña esperanza de vencer su puntuación. Eso me haría sentir mejor.

— Interesante. Gracias por hacer una excepción.

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— ¡Chaeyoung! —de la nada Sana se abalanzó sobre mí. Sonreí de verdad por primera vez en varios días y le devolví el abrazo. Ésta mañana era la hora de la verdad. Estoy en mi casillero preparándome para ir a buscar los resultados de la prueba.

— Sana—le dije con un suspiro de alivio. Mis ojos empezaron a arder, pero no puedo llorar en este momento. Los nervios no me iban a ganar. Sana me conoce lo suficiente para entender que no quiero hablar de ciertas cosas— No sé si pase. Tengo que ir a ver ahora, ¿Vienes conmigo?

— Por supuesto —tiró de mi brazo con una sonrisa tranquilizadora.

— Oh —fue la reacción de Sana cuando vimos el pizarrón frente a nosotras

— 96% Buen trabajo, Chaeyoung, de verdad sabes química —una pequeña voz vino de atrás. En el fondo de mi mente deseaba que fuese Mina. Por una parte me decepcioné cuando Momo apareció a mi lado.

Debía entenderlo.

Ella ya no me hablará más.

Mina ya no estaría para mí. Ella pudo haberme ayudado a estudiar, pero he trabajado duro. Un 96% me hace sentir orgullosa, voy a ser feliz al menos por hoy. No dejaré que nada me deprima.

Pero, a veces creo que el universo tiene algo contra mí. La chica que rara vez deambulaba por los pasillos, eligió este día para hacer su aparición; cuando Momo, Sana y yo fuimos a la cafetería.

— Esto es extraño —comenté.

— ¿Qué cosa? —preguntó Momo.

— Venir a comer a la cafetería. No lo he hecho en un tiempo —la última vez que estuve aquí fue el día que Mina me dio un beso. Miré mi almuerzo con tristeza.

— ¿Qué pasa? —Sana notó mi expresión.

— No tengo Skittles —una manzana y un sándwich es lo único que tengo. Estaba tan nerviosa esta mañana que no tuve tiempo de comprar mis arcoíris. Puede sonar tonto, pero los Skittles son los únicos que me hacen feliz. Me traen buenos recuerdos.

— No te preocupes, Chaeyoung —Sana me dió una palmadita en el hombro— Momo muéstrale.

Ella abrió un bolsillo de su mochila y sacó una mini bolsa roja; tal cual como un mago saca un conejo de su sombrero.

Tomé la bolsa y la abrí. Puse unos cuantos en mi boca, ¿Cómo podría vivir sin estos caramelos celestiales?

Abrí mis ojos, ambas chicos me miraban sonrientes, pero un poco más allá estaba Mina mirándome a mí. A juzgar por la expresión de su cara debió haber visto todo. Como salté de felicidad cuando Momo me dió los Skittles.

No quité la mirada, mantuve mis ojos sobre Mina esperando que ella se apartara primero.

Mis amigas no se dieron cuenta, estaban ajenas a lo que pasaba.

Mina me dio una última mirada y se alejó. En ningún momento volvió a mirar hacia atrás.

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Siete días han pasado y todavía sigo viva

He estado mejor con respecto a Mina. Me tomó un tiempo acostumbrarme a ciertas cosas un par de veces me olvidaba que no tenía que volver a la guarida.

Mi almuerzo lo pasaba en la cafetería con Sana, Momo y Dahyun. Momo me dijo que con Dahyun acordaron ser amigas por la falta de comunicación. Sin embargo Momo no parecía estar preocupada.

Dahyun mencionó una vez que trato de hablar con Mina varias veces. Yo, sin embargo, intento evitarla, aunque cueste admitirlo; la extraño.

— Así que la fiesta de fin de año es pasado mañana —dijo Momo. Ella vino hace una hora a mi casa a decirme acerca de su relación de amigas con Dahyun.

Jeong estaba raramente tirada en el sofá viendo alguna película. Ella quiere asesinar a Mina en cuanto se enteró lo que ocurrió.

No la culpo.

— ¡La voy a matar! —Jeong se puso de pie— ¡Yo se lo dije, le dije que iba a usarla como mi saco de boxeo! Mejor no, ¿Chaeyoung, dónde está el palo de golf?

— ¡Tú no vas a ir a ningún lado! —le di un tirón muy brusco haciendo que sus pies se enredaran y cayera al suelo junto al juego de mesa.

— Tal vez debas dejar que le dé un buen golpe —intervino Momo— Yo puedo ayudarte Jeong, vamos a matar a esa química y enterrarla. Puedo llevar mi martillo.

Miré horrorizada a las dos— ¡Sádicas!

— Con respecto a la fiesta, entonces... —dije sin interés.

— Oh, no lo sé. Pensé que irías. Dahyun y yo iremos juntas.

Jeong de un momento a otro comenzó a tener un interés en nuestra conversación— ¿Con quién irás?

Ambas me miraron expectantes— No voy a ir.

— ¿Por qué?

— Ve conmigo —ambas miramos a Jeong.

— ¿Qué?

— Déjame llevarte al baile, ¿Algún problema?

— Sí. Tú estás en la universidad. Imagínate si se dan cuenta que te colaste en un baile de secundaria.

— ¿Te avergüenzas de mí?

— Sí —ella hizo un puchero—, pero si te dejo ser mi pareja tendrás que hacer todo lo que te diga y comprarme un vestido.

— Está bien —Jeong sonrió triunfante.

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