Capítulo 3

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A la mañana siguiente, Akira se levantó temprano, se acordó que había dormido con su ropa de ayer y que había dejado su maleta en la sala. Abrió la puerta de su habitación con mucho cuidado para no hacer ningún ruido, pero luego de salir y al cerrar la puerta, su hermano salió de su habitación. Akira se aguantó la risa que le dió al ver a su hermano, tenía un ojo cerrado y otro semi abierto, aparte Takemichi tenía el cabello muy enredado, que parecía un nido de pájaros, ni que decir se su ropa, su pantalón se estaba cayendo, dejando ver su ropa interior y su polo le quedaba demasiado pequeño, solo le llegaba a la altura de su ombligo.

Akira: Parece que alguien usa ropa de bebe - dijo burlándose.

Takemichi: ¿Qué dijiste? no te oigo bien - dijo medio dormido.

Akira: Nada - ríe para sí misma- ayer dejé mi maleta abajo, no lo revisaste ¿ verdad?

Takemichi: Ah? ¿Qué? ..., no.

Akira: Está bien, vuelve a dormir, todavía es temprano, no te preocupes, yo prepararé el desayuno.

Takemichi: Está bien - entra a su habitación.


Akira baja rápidamente a la sala, agarra su maleta y sube igual de rápido a su habitación. Al entrar saca su ropa la coloca en ganchos  y las pone dentro del armario que había ahí, excepto un buzo deportivo de color negro, y un bividi de color blanco. Luego se dirige al baño que había dentro de su habitación, se ducho rápido, salió y se cambió, ese proceso solo lo hizo en diez minutos, antes de salir se dirigió a la ventana que había ahí, se asomó, quería ver a las personas, si es que pasaban por ahí, estuvo parada solo unos segundos, ya que había desviado su mirada a un mueble cubierto por una tela, se dirigió hasta ese objeto y quitó aquella tela llena de polvo. De pronto observó su reflejo, había olvidado aquel gran espejo, espejo de color rosado con una  decoración sin igual, púes tenía una corona grabada arriba, ese se había mandado a hacer en diciembre, recuerda que su hermano esa navidad no pidió nada para poder hacer ese objeto.

Ella al ver su reflejo no vió nada especial, no tenía un gran cuerpo del cual presumir, se podría decir que era una chica común, su cintura no era tan pequeña, sus senos no eran muy pronunciados y su trasero era promedio, lo único que tenía de especial, eran sus ojos azules, que ahora tenía que ocultar. Se dirigió hasta la mesa de noche que estaba al lado derecho de su cama, cogió un estuche, la cual solo contenía sus lentes de contacto y sus documentos de identidad.

Sacó sus lentes, y su documento de identidad como Katsume Nakamura y volvió al gran espejo, al observarse se colocó aquellos lentes, y ahora sus ojos eran de color verde, y sus documentos lo guardó en el bolsillo de su casaca.

Salió de su habitación, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina, en menos de cinco minutos había preparado el desayuno, que consistía en una ensalada de frutas, panqueques de avena y dos vasos de jugo de fresa.

Cuando los ponía sobre la mesa del comedor, escucho los pasos de una persona apresurada, que maldecía a alguien o a algo.

Takemichi: Siempre me quedo dormido, estúpido despertador, ahora no tendré tiempo de preparar el desayuno - recuerda que solo le quedan treinta minutos para ir a la escuela.

Al llegar al comedor frente a la cocina, se sorprendió.

Takemichi: ¿ Qué es todo esto? - dijo sentándose- ¿tú lo preparaste?

Akira: Claro, o es que acaso pensabas que era una inútil - se sentó al lado de su hermano.

Takemichi: Sorprendente- probó los panqueques- está delicioso - quiso probar la ensalada de frutas pero una mano alejó el plato.

MI HÉROE | Tokyo Revengers Where stories live. Discover now