Aunque nos veamos a escondidas. Jamás renunciaré a él. Y me prometo a mí misma estar siempre para él.

— Gabriel —le digo cuando paramos para coger aire—. Acepto.

Gabriel me mira frunciendo el ceño.

— ¿Qué aceptas? —y une sus labios a los míos en un breve beso nuevamente.

— Acepto que te sientas en la obligación de casarte con Sila y, aún así, estar aquí para ti, siempre que me necesites. Te amo.

— Mi mujer —susurra uniendo su frente con la mía y rozándome con su nariz.

— Mi hombre —le digo. Esto último le hace sonreír y volver a besarme.

Siento como rodea mi cuerpo entre sus brazos y me dejo llevar por el sueño que me arrastra por los recuerdos de mi vida junto a Klaüs.

Estoy atada a la pared desde hace días. Al menos llevo dos sin comer, aunque no tengo claro cuanto dura un día ya que no puedo ver la luz del sol. Mi estómago lleva horas protestando, pero ya no encuentro ni siquiera migajas o sobras de las comidas de otros días.

La puerta se abre de par en par de forma violenta.

Hola preciosa —la voz de Klaüs me hace temblar.

Le observo con su traje color verde botella y un rifle a la espalda. Sé que nada bueno puede pasar si entra así.

Hoy es un gran día, cielo.

Klaüs me quita las cadenas, me levanta y viola mi boca con aspereza.

Sabes tan bien, mi vida. Te he echado de menos. Las putas que me consigue Isaac no sacian mis ansias. Solo tu coño prieto lo hace.

Cuando termina, me sujeta y me saca del cuarto.

¿Sabes lo que vas a hacer hoy?

Niego con la cabeza.

Hoy vas a participar en un evento maravilloso que se celebra una vez al año. Y este año lo organizamos aquí, en casa. Hoy te convertirás en una dama de nieve.

¿Una dama de qué? —le digo frunciendo el ceño y mirando mis descalzos y sucios pies. No me quejo por el dolor, ya que sé que solo recibiré golpes como respuesta.

— De nieve -prosigue realmente emocionado-. Una vez al año los grandes capos de la alianza Beta europea se reúnen para cerrar negocios, hacer amistades nuevas y demás cosas que no te interesan lo más mínimo. Pero una reunión sin más sería aburrida, así que hacemos un juego. Elegimos a las mujeres más hermosas que poseemos y hacemos una competición.

Una competición... ¿de qué tipo? -titubeo.

Siempre con tus malditas ganas de saberlo todo. ¡Ya lo verás! -me empuja de forma brusca- Espero no perder, el que gana elije su premio.

¿Tú participas? —le pregunto cuando llegamos a un baño.

Claro... y tú —me toca la nariz con el dedo—, eres uno de los premios.

¿Yo?

¡Vamos! —Klaüs me empuja de nuevo y entro en una ducha.

Hace tiempo que no me doy una. Solo me dan una ducha cuando Klaüs me va a llevar a su cuarto. El resto del tiempo tengo un balde con agua que cambian cada dos días y un par de toallas con las que me aseo como puedo.

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu