Capítulo 1: Mi primer trabajo en la dimensión oscura

40 9 0
                                    

Una vez en el camino, ellos pasan por un llano inmenso, en el horizonte se puede ver un ojo gigante observándolos, los ents del camino los miran mal e incluso los animales, seres amorfos parecidos a seres lovecraftnianos o entes salidos del mismísimo infierno, el pobre de Isidro esta aterrado pero Manolo no le prestaba atención, ellos entran a un bosque tenebroso, donde se escuchan lamentos de almas perdidas, ruidos extraños, el bosque está plagado de ents con rostros malvados y despiadados, algunos animales hostiles, los seguían. El pobre de Isidro esta aterrado pese a que es el técnico con más experiencia de los dos de ese mundo, no importa cuantas veces pase por ahí, él siempre esta cagado del miedo a tal punto que casi le dan ganas de vomitar, pero a Manolo no, ya que él siempre piensa en una sola cosa, terminar con este calvario de una vez por todas.

—¿Cuánto falta para llegar?, que me va a dar un teke teke de tanto baca y vaina del diablo, que hay por ahí. —Dijo Isidro que le iba a dar algo, si no detenía el vehículo.

—En serio Isidro, no pasan ni cinco minutos y ya estas malo, tú tienes más experiencia en este mundo que yo, usted es un hombre, no se deje amedrentar por esos bacas. —Exclamo Manolo, que casi no le prestaba atención, si no al camino.

—Si, yo sé que tengo experiencia, pero es que me da cosa, esas vainas del diablo, mira allí hay una piedra grande, vamos a salir de este bosque que me va a dar algo. —Se Quejo Isidro que está haciendo un show en el vehículo.

Ellos salen del bosque, llegan donde está la piedra, Isidro se desmonta del vehículo rápidamente, él saca un martillo para verificar que la piedra no sea un monstruo durmiendo. ÉL le da golpecitos, manosea la roca. Manolo también se desmonta y ve con asco a Isidro.

—Dime, Doctor Isidro, ¿cuál es la necesidad de manosear a esa roca?, o es que a usted... le gustan las rocas. —Exclamo Manolo mientras que Isidro se pone de frente a de él.

—Mira Manolo, escúchame atentamente a lo que te voy a decir, en este mundo, todo, pero todo, es un vaina que salida del diablo que te quiere comer, sabes cuantos técnicos han caído a manos de esas vainas, yo sé que tú te quieres hacerte el hombre, macho pecho peludo, pero tienes que estar consciente de tu alrededor Manolo, sé porque lo digo. —Explico Isidro.

—Yo no me hago el hombre, YO SOY UN HOMBRE, pero gracias por el consejo entonces... la piedra es segura si o no. —Exclamo Manolo con irreverencia.

—Si, es segura...Como quieras, Manolo, mira en la vaina rara que chequea, ¿cuál es la orden más cercana para salir de esto? —Exclamo Isidro que le pedía a Manolo el artefacto para ver las órdenes.

Manolo hace lo imposible para tratar de buscar la orden, Isidro se percata de que esta durando mucho con la orden, por lo que le enseña cómo se hace, por fin Manolo entiende como se hace, pero para desgracia de Isidro, ve la orden dan más cercana en el artefacto y hace un berrinche.

—Pero y que e, Isidro. —Se preocupo Manolo ya que el pobre de Isidro esta devastado.

—Esa fue la orden que estaba trabajando con el ultimo compañero que tuve...—Se traumo y frustro Isidro cayo al piso, se pone a llorar, diciendo que no quiere volver ahí.

Manolo le tiene pena, sin dudarlo lo agarra por el cuello de la camisa y le comienza a dar cachetadas, luego lo tira al piso de nuevo.

—Mira mujercita, yo sé que has pasado por mucho, has visto horrores que no podría imaginarme, pero hay que trabajar, sin dolor no hay ganancia, aun así, tenemos que ir, déjame hacer la mayoría de la instalación, si te parece bien, no te preocupes, lo harás bien, déjame todo a mí. —Explico Manolo tratando de reestablecer la poca resistencia mental de Isidro.

Wire MadnessWhere stories live. Discover now