No quiero despertar. Quiero acabar con esto de una vez por todas.

¡¡Bianca!!

Despierto bruscamente y me revuelvo para separarme de Klaüs. Pero mis ojos se fijan en los ojos negros de Velkam.

— ¡Bianca! ¿Qué te ha pasado? —su voz denota preocupación. Sus dedos limpian mi cara que está empapada por las lágrimas que incluso inconsciente he soltado.

— Yo...

Velkam se retira y veo como Sila me abraza fuertemente.

— Tranquila mi niña, nada malo te va a pasar a mi lado.

Quiero alejarla, pero su abrazo me hace sentir bien. Me calma. No quiero que sea ella quien lo haga, pero es así. Me refugio en sus brazos y rompo a llorar como si fuese una niña chica.

— ¡Perdón! —le digo entre un llanto descontrolado.

— ¡Oh, mi preciosa niña! —su voz ha cambiado, no es la de la Sila de la cena, o la que me habla en las reuniones o la que oigo en el club.

De repente su voz es dulce. Me retiro un poco y observo su cara. Sus ojos siguen siendo claros, pero no veo el frío glaciar de siempre. Ahora son cálidos, son como esa casa acogedora donde refugiarme.

— ¿Estás mejor? —escucho a Gabriel, pero no quiero mirarle. Asiento en respuesta a su pregunta, pero no me separo de Sila, que me acaricia el pelo.

Cuando estoy más tranquila miro a mi alrededor. Sila está frente a mí y detrás de ella mirándome, Velkam, Gabriel y Kaleb.

— ¡Dios mío! Pensábamos que te había pasado algo malo —la voz de Ekaterina me hace girarme y veo a mis dos compañeras con cara de preocupación.

Me levanto del sillón donde me encuentro y me lanzo a los brazos de ellas, que me reciben calurosamente.

— ¡Qué susto nos has dado a todos! —me dice Marlenne y me hace sonreír.

— Estoy bien, solo he tenido una especie de... pesadilla —digo cuando recobro un poco la compostura.

— ¡Bebe! —Gabriel me tiende un vaso con agua y lo bebo.

— Por favor —la voz de Sila vuele a ser la de siempre—, dejadme a solas con ella.

Veo como las chicas me abrazan una última vez.

— Luego hablamos —me dice Ekaterina y se aleja junto a Marlenne, desapareciendo por la puerta.

— Bianca, espero no haberte forzado mucho. ¿crees que estás preparada para lo que va a pasar esta noche?

Miro a Gabriel que no aparta sus ojos de mí, pero le retiro la mirada al recordar que en solo unos meses será el marido de Sila y hace apenas un rato me estaba besando.

— No entiendo —le digo a la rubia, mirándola.

— Quiero que esta noche vengas al gran salón. Hay una fiesta de negocios y quiero que conozcas a alguien. También necesito que ellos se vayan acostumbrando a ti.

— ¿A... mí?

— Claro cielo —Sila se sienta a mi lado y me rodea los hombros con su brazo—, quiero que pronto empieces a hacerte cargo de aquello a lo que yo no le pueda dedicar el mismo tiempo. Necesito ayuda, un suplente. Y esa vas a ser tú. Necesito que te encargues de ciertas cosas. ¿Crees que podrás hacer eso por mi?

— Yo...

No sé que responder.

— Esta noche vendrás conmigo, te presentaré a gente influyente, gente que cuando necesites algo, te ayudarán. En las próximas semanas te enseñaré como manejar el negocio ¿Has leído los papeles que te pasé?

Blood White I (La historia de Bianca) #PGP2023Where stories live. Discover now