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Reo x Isagi

Reo estaba sentado en su apartamento solo y en completa oscuridad; con la mirada fija en la pared mientras repasaba una y otra vez los recuerdos de su ex pareja, Nagi, y su amante, Isagi. Apenas había hablado con alguien en los últimos días, puesto que muchos sentimientos lo estaban agobiando por el simple hecho de que alguien tan ridículo como ese enano lo hiciera sentirse inútil.  

—¡Lo odio, lo odio! —gritó, mientras lanzaba un vaso de cristal contra la pared.

Cada vez que pensaba en ellos juntos, su corazón latía con rabia y celos.

Había tratado de seguir adelante, pero cada vez que veía a Nagi con Isagi, sentía un ardor en su pecho y un nudo en su garganta. Intentó odiar a Isagi por "robar" a Nagi, pero la verdad era que su enojo estaba dirigido principalmente hacia Nagi por haberlo dejado y haber encontrado a alguien más.

Un día, Reo fue invitado a una fiesta. No tenía ganas de ir, pero decidió hacerlo de todas formas, quizás para tratar de olvidar sus problemas.

El ambiente en la fiesta era caótico, el sonido de la música retumbaba en cada rincón de la fraternidad y la gente estaba animada. Se sintió un poco incómodo al principio, pero después de un par de tragos, empezó a relajarse y a hablar con algunos de los otros invitados, entre esos, su amigo Chigiri.

Mientras bebía, notó que alguien lo estaba mirando. Era Isagi. Reo se sintió furioso y trató de evitarlo. Se sentía miserable después de terminar con Nagi, y la presencia de Isagi en la fiesta solo empeoraba las cosas. Reo lo había visto desde que llegó, con su sonrisa arrogante y su cabello negro desordenado. Isagi Yoichi estaba allí, rodeado de otros jugadores de futbol. Reo sintió una oleada de envidia.

¿Cómo podía estar allí, disfrutando de la fiesta, mientras él se sentía tan miserable?

Había oído a Chigiri decir que Isagi y Nagi seguían juntos, y eso solo aumentó la ira que sentía hacia él. Pero, a medida que la noche avanzaba, Reo comenzó a beber más de lo que debía, y sus emociones se hicieron más intensas.

—Saldré —mencionó casi en un susurro, pero al parecer la princesa del fútbol lo había escuchado.

—Ten cuidado, Reo. —Asintió, dando unas zancadas para irse del lugar.

Reo caminaba por la fraternidad de fútbol, aún un poco mareado por la cantidad de alcohol que había consumido esa noche. Miraba a su alrededor, viendo a todos los chicos disfrutar de la fiesta, riendo, bailando y bebiendo. De repente, alguien lo agarró por detrás y lo levantó en el aire.

—¡Reo! ¡No me dijiste que venías! —exclamó Kunigami, uno de los amigos más cercanos de Reo.

—Lo siento, no sabía que iba a venir hasta último momento —respondió Reo, sonriendo.

—Qué pasa con esa cara larga, venga, vamos, está noche no te permito que te deprimas.

Kunigami lo arrastró hasta la barra, donde le sirvieron un trago. Reo lo bebió de un sorbo, sintiendo como el alcohol lo inundaba de nuevo. Miró alrededor, y allí estaba él de nuevo, como si la vida quisiera que se encontraran para mortificarse mutuamente. Pero de repente, algo cambió en Reo. Algo que no esperaba. Su cuerpo comenzó a moverse solo, hacia donde estaba Isagi. Lo agarró por la cintura y lo acercó a él.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Isagi, sorprendido por el cambio de actitud de Reo.

Sí, Reo, ¡¿qué estás haciendo?! Pensó, pero su boca fue más rápida.

—Así que tú eres la puta amante de Nagi, no me sorprende, le tocó conformarse con poca cosa. —Reo, acercó su rostro al de Isagi.

—No, yo no... Reo perdón. —Los ojos de Isagi se aguaron, avecinando unas lágrimas—. En serio, no sabía que...