—Esther. ¿Cómo es que..?

—Estoy muriendo. —Escuche decir con un hilo de voz

—¿Cómo que muriendo? —Pregunte— Hice un hechizo para proteger su cuerpo de cualquier mal, ¿O no?

—Sacaste el poder de las brujas Bennett, cuando Aby murió la conexión se cortó. Mi cuerpo se debilita. —Se acerca a mi con sus brazos detrás de ella

—Si viene a disculparse con sus hijos, déjeme decirle que no están. Debió estar menos tiempo pensando en matarlos.

—No vine por mis hijos. Estoy aquí para hablar contigo, Emma.

Su respuesta me sorprendió, aclare mi garganta nerviosa

—¿De que habla?

—Te he observado por dieciocho años con gusto y sufrimiento, cuando tu madre te abandono, las noches que lloraste gritando el nombre de tu hermano, ni un día a pasado que no haya estado a tu lado.. —Sonríe y acaricia mi mejilla

—No lo entiendo.

—Eres una gran chica, Emma. Tu padre me dió esto para que te lo diera, era de él. —Me da un collar de una piedra brillante— Lo conocí, me dijo que te cuidara.

—¿Mi padre? —Balbuceo, ella empezó a convulsionar muy fuertemente— ¡No! ¿Que pasa con mi padre? ¿Que más le dijo? ¡Noo! ¡No! —Empece a sollozar, ella cayó al piso muerta.

Me tire a su lado sacudiendola, empezaron a resbalar por mis mejillas enormes gotas de agua.

—¿Que ocurre? —Escuche frente a mi, levanté la mirada encontrándome con Klaus

Fue lo último que logré ver, no logré ver nada más fue como si hubiese caído inconsciente.

No sabía dónde me encontraba. Todo estaba blanco, estaba parada frente a un pasillo con varias habitaciones —Todas blancas— empecé a caminar torpemente mientras miraba a mi alrededor.

—¡KLAUS! —Grite con todas mis fuerzas, mi voz se hizo eco en el pasillo.

Mire todas las puertas, tenían fechas y horas, se escuchaban gritos y murmullos detrás de estás.

—¡KLAUS! —Volví a gritar fuertemente con la esperanza de que alguien me escuchará

Rompí en llanto cuando reaccione y me di cuenta que estaba sola, completamente sola. Me acerque a una habitación donde se escuchaban voces, lo primero que ví fue a Elena con Stefan.

—Tu hermana es un poco molesta, ¿No crees? —Le dice Elena, mi hermano frunce el ceño

—¿Stefan? —Hable casi en un susurró, me acerque tratando de llamar su atención— Stefan soy yo, estoy aquí.

—Claro que no, te sugiero que cierres la boca. —Responde Stefan con molestia— Es mi hermana, ¿Que sentirías si yo te digo lo mismo de Jeremy?

—Tu nunca dirías algo de Jeremy. —Dice la morena, cruzandose de brazos. — Stefan, desde que llegó la pelinegra aquella ya no hablamos como antes, casi siempre estás con ella y a mi me dejas.

—Es mi hermana, Elena. —La toma de los hombros

—¡Es una desconocida! —Alza la voz— ¡La encontraron en un callejón tirada como una perrita!

Mi mirada se dirige a Stefan que se encontraba apretando los puños y con la mandíbula apretada

—¡Cállate! —Le grita él, Elena se sobre salta del susto

La pequeña Salvatore Where stories live. Discover now