Capítulo |01|

840 65 1
                                    


Había pasado un largo tiempo desde que la princesa Rhaenyra y Daemon se habían casado y se fueron a vivir en Rocadragón, exactamente diez años desde su matrimonio. En ese período tuvieron tres hijos, Jacaerys, lucerys y Joffrey, todos con cabellos platinados y ojos violetas, características de unos Targaryen, pero no todo era amor, ya que Daemon tuvo una hija bastarda con una prostituta, eso ocurrió antes de que Daemon se casará con Rhaenyra, la pequeña fue escondida durante los primeros tres años de matrimonio de la pareja y con tan solo tres años, Daemon la había llevado a Rocadragón junto con su dragóncito, que antes era un huevo cuando le dio uno, la sorpresa de Rhaenyra no era de esperarse, fue chocante y un golpe duro a su lealtad, pero la pequeña no tenía la culpa de nada y además no tenía nombre, Daemon siempre le había llamado Rae en honor a Rhaenyra.

Rhaenyra cuando la había visto la cargo entre sus brazos y vio que tiene las mismas características de una Targaryen más. Así que decidió ponerle de nombre Jhaenyra y desde ahí siempre le llaman así. Los rumores sobre la hija bastarda del príncipe Daemon se difundió muy rápido por todos westeros, incluso llegó a los oídos del rey Viserys, que ahora tenía una nieta más y una sobrina. Sus primeros enemigos de Jhaehnyra a su corta edad de diez eran principalmente la reina Alicent y sus dos hijos varones que odian la sangre bastarda. La primera vez que presentaron a Jhaehnyra, Rhaenyra y Daemon tenían miedo de que fuese despreciada, pero fue todo lo contrario, el pueblo de westeros la amó.

El hijo menor de la reina Alicent, Aemond Targaryen era el principal enemigo que tenía Jhaenyra, en muchas ocasiones ambos se insultaban en cualquier momento o en los festines que organizaba él rey Viserys.

Jhaenyra era la pequeña bastarda que el pueblo ama y que los Verdes odian.

—Padre, quiero irme a casa —pronunció Jhaenyra, acostándose en su cama —hay que volver a Rocadragón

La familia de Rhaenyra había navegado desde Rocadragón hasta el desembarco del rey hace tres días para un festín

—Lo haremos pronto, solo duerme y descansa

Le cubrió con las sabanas y le dio un beso en la frente

—Si me quedo más tiempo, estoy segura que iré a los aposentos de aemond y le pondré una daga en los ojos o en la boca para que deje de decir puras...

—Jhaenyra, eres solo una niña—le interrumpió Daemon, sonriendo con ironía—además eso nos podría traer más problemas

—Pero... ellos me molestan mucho— se quejó, bajando la mirada

Daemon le levanto la barbilla y le miro a los ojos, con amor de un padre a su hija

—¿Quieres saber algo?, que será un secreto entre nosotros

—Si, padre

La forma más cruel de derrotar a un enemigo es hacer que se enamore—susurró Daemon en los oídos de su hija, ella la miro confundída— eso hará que todos tus enemigos se arrodillan ante tí

Aquellas palabras de su padre había quedado marcadas en su mente, Daemon sabia que Jhaenyra era codiciosa desde temprana edad

—¿Incluso Aemond?

—Incluso él

—Gracias, papá

—Ahora duermete

Daemon la beso por última vez y se marchó de los aposentos de su pequeña hija.

Jhaenyra aún procesaba las palabras de su padre, y que aquellas simples palabras quedarían marcado en su mente.

La penumbra luz de la Luna daba iluminación en el jardín, eran casi la madrugada, donde todos estaban descansando ,pero había una niña que se escapó de su cama para ver las estrellas y esa era Jhaenyra quien se escapo de sus aposentos para poder apreciar el cielo de noche. Con un huevo de dragón bajo sus brazos, para calentarlo y que este seguro, tenía curiosidad sobre más allá de las paredes de la casa Targaryen y sin pensarlo evadió algunos guardias y salió por la puerta secreta que una vez su madre Rhaenyra le mostró cuando se escapó con Daemon. Quizás era peligroso para ella, pero aveces la curiosidad va más allá del miedo, todos podían reconocerla por tan sólo verla o algún guardia real la atraparia y la llevaría nuevamente a la Fortaleza, lo único que tenia era su capa negra que la protegia del aire frío, pero al menos le haría pasar de alto sin que la reconocieran o eso parece.

Con la inocencia que aún posee la princesa Jhaenyra salió alegremente de la fortaleza, en el camino se topaba con personas ebrias, veía como algunos deambulaban con ropa sucia pidiendo algo que comer, entró por algunos burdeles donde habían prostitutas al descubierto, algunas la miraban, quizás un poco de miedo se apoderaba de ella, ya que lo que estaba viendo no era apto para su edad y antes de ir a lugares más peligrosos, alguien la sujeto de la muñeca y la llevo en silencio, alejándola de los burdeles. Levantó la vista y se encuentro con una mujer que vestía de blanco, Jhaehnyra no dijo nada y solo dejó que ella lo llevará, después de un rato llegaron a una casa muy acomodada.

—¿Por qué estas sola? —pregunta aquella mujer, haciendola entrar a su casa y dejándola sentar —es muy peligroso para una niña

—Solo quería explorar y demostrar mi valentía, y no me ha pasado nada —respondió Jhaehnyra orgullosamente

Jhaenyra se sacó la capa negra que tenía puesta, dejando ver su cabello platinado y haciendo ver sus ojos violetas, eso explicaba el huevo que llevaba en sus manos, para aquella mujer era una gran sorpresa... Una niña Targaryen

—Eres una-

—¿Una Targaryen?, si soy. Pense que me descubriría algún caballero real pero son más tontos de lo que pensaba, más bien usted me ha reconocido y me alejado del peligro. Es muy considerada de su parte —decia aquellas palabras con una gran seguridad, como si fuese una adulta dentro de un cuerpo de una niña

—Es un honor ayudarla

—Necesito volver antes de que amanezca, esto es mi huevo de dragón, aun no rompe su cascarón. Aunque ya tengo uno lo suficientemente grande para volar

La princesa Jhaenyra le mostraba su huevo de dragón, como si fuese lo más preciado que tiene

—Lo veo en sus ojos, que los ama y estoy segura que romperá su cascarón si le mantiene caliente, para eso debe volver

—Si, mi padre Daemon me los dijo muchas veces y aunqu—

Tras escuchar aquel nombre, aquella mujer se hizo estruendo dentro de ella

—¿Dijiste Daemon?

—Si, mi padre es magnífico, usted le debe conocer, como todos lo conocen. El principe Daemon Targaryen y mi madre Rhaenyra Targaryen, ambos magníficos

Era como viajar casi once años al pasado, quizás la princesa Jhaenyra era su hija, que tuvo que entregar para una vida mejor y que pertenecía a esa casa... A los Targaryen

—Debes volver rápidamente

—Pero... ¿Me va a llevar verdad?

—¡No!, digo no puedo, alguién de mi confianza la llevará

—Bien, fue un gusto hablar con usted

Aquella mujer asintió. Viendola alejándose nuevamente.

THE THRONE +18 |Aemond Targaryen|Where stories live. Discover now