__ ¡No le des tanta azúcar! - les grito a los dos cuando subo los escalones. - Ni lo dejes subirse a la mesa.

__ Ni que fuera irresponsable. - oigo que dice Giselle.

__ No irresponsable, si alcahueta. - escucho risas, asumiendo que no harán caso a mis palabras. No vale el esfuerzo seguir con indicaciones si su nana va a tratarlas como leyes a romper.

Acomodo todo en sus cajones, las libretas en la mesa de noche para que haga sus trabajos y me aseguro que su habitación tenga todo lo necesario para su noche.

__ Ya revise todo. - me dice Giselle. - Deja el perfeccionismo para tu trabajo y no solo para no fallar.

__ ¿No fallar qué? - me hago el desentendido.

__ Sabes de lo que hablo. - se cruza de brazos

__ No, señora. No sé de qué hablas. - paso a su lado para ir a cenar con mi hijo que encuentro mordiendo un trozo de zanahoria.

__ Si me lo termino, me hará mi desayuno favorito - me cuenta.

__ Tu nana y sus técnicas para hacerte comer saludable. - me siento a su lado viendo el plato frente a mí. - ¿No crees que es poco?

Señalo el plato de Giulio que tiene más de lo esperado. Aunque conozco sus estrategias, no puedo creer que siga cayendo en eso.

__ Tu sarcasmo será para otros, no para mí muchachito - reniega la única mujer que considero más familia que cualquiera luego de lo sucedido.

Aún los gritos, las palabras aberrantes y esa miradas despectivas contra mí quedaron grabadas en mi memoria, las cuales aparto para escuchar los relatos de Giulio. No entiendo su fascinación por prácticas de deportes, sobretodo los de gran resistencia. Admira a grandes practicantes de estos y hasta escucha entrevistas que ni yo me había interesado antes hasta que lo vi hablar de ellos la primera vez.

De donde sea que haya nacido esa fascinación, le agradecí porque fue la primera conversación real que tuvimos.

__ Cuando vayamos de nuevo al parque te voy a enseñar lo fuerte que soy. - exclama con actitud positiva.

__ Un motivo más para ir. - accedo apoyando su idea mientras llevo comida a mi boca - Por ahora, termina tu plato porque mi deportista no tendrá tanta energía si no come como se debe.

__ Shean dice que es mentira. Su hermano le dijo que su mamá le mentía para no desperdiciar comida. - miro a Giselle.

__ Pues el hermano de ese chico no será tan saludable como mi pequeño gran terremoto. - le alborota el cabello.

__ Nadie será como yo. - se regodea el niño que no sé de dónde salió tan presumido.

Por más que trate de ser un padre no consentidor con ese pequeño revoltoso me sale sin que pueda hacer nada, es inevitable.

Le doy un baño dejándolo dormido minutos después en su cama para limpiar el baño e ir a mi propio dormitorio. Tengo trabajo en la mañana con la inmobiliaria, como también llevar a Giulio a la escuela pero al no poder dividirme en dos opto por adelantar la organización de mi agenda para no complicarme sobre lo que debo hacer.

En carpetas reviso los clientes potenciales mientras verifico las horas por medio de las confirmaciones que hubieron. Debo concentrarme en varios a la vez, para no perder tiempo en pequeños errores que solo me van a atrasar.

Duermo un par de horas, despertando temprano para prepararme para el día. En la cocina, me encuentro la mujer que Giulio ve como una segunda madre y hasta Rebeca como una amiga en su momento, con la preparación de la comida del niño que aún no es hora para que despierte.

Impact (Libro 4 Dinastía Indestructible) Where stories live. Discover now