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꒰🐍꒱﹕❛ 𝒉𝒂𝒏𝒅𝒔 ❜
⟡ ! soft draco
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Sus manos de tacto algo áspero se posó sobre mi diestra que descansaba sobre la madera del escritorio, su dedo meñique y anular comenzaron a vagar por el dorso de mi mano y a colarse entre los míos, rozando delicadamente con sus yemas. Reposo sobre la mía la suya dando un leve apretón que hizo cosquillear muy dentro de mi pecho. Volteo mi mano y ahora ambas palmas se rozaban con suavidad. Su izquierda se entrelazo con mi diestra y volvió a apretar, ante el acto una risa nerviosa escapo de entre mis labios y una sonrisa de suficiencia surco los suyos.
—Después de clases a la torre de astronomía. —Susurra contra mi oreja y su aliento mentolado provoca que un escalofrío recorra mi cuerpo.
Tomando coraje voltee a verle quedando a centímetros de su rostro, de sus ojos que me miraban fijo y de su sonrisa socarrona conocedora de todo lo que me provocaba. —Allí estaré. —Murmure sobre sus labios.
Al finalizar la clase deposito un pequeño beso sobre mi coronilla y desapareció por la puerta junto a su grupo de amigos. Suspiré y una vez todos se fueron me dirigí a terminar mi última clase del día, de la cual poco recuerdo debido a que lo que ocupaba mi mente tenía nombre y apellido: Draco Malfoy, el dueño de mis pensamientos, el que incita el descontrol de los latidos de mi corazón, quien provoca mis suspiros.
A pasos rápidos, un poco desesperados, subo las escaleras de caracol que era la entrada a la parte más alta de la torre. Allí, de espaldas a mí y admirando el paisaje del crepúsculo de aquellas horas del día, me esperaba él.
—Cinco minutos tarde. —Habla con voz burlona mientras se volteaba.
Paradójicamente ante mi parecía un ángel caído del cielo, con los últimos rayos anaranjados del sol acariciando su espalda y provocando un brillo peculiar en sus ojos grisáceos que me miraban cálidamente, como nunca han visto a alguien.
—Lo siento. —Pronuncie mientras me acercaba a él a pasos lentos, temiendo perturbar su aura celestial.
Sus manos tomaron las mías y termino con el espacio que había entre nosotros, estas vagaros hasta mi espalda baja mientras que yo las termine colocando sobre sus anchos hombros.
—No te preocupes. —Susurro sobre mis labios.
Nuestras bocas se rozaron, se tocaron y chocaron, danzaron en un beso lento y cálido que demostraba el sentimiento que se aglomeraba en lo más profundo de sus corazones.
—Estuve esperando todo el día para esto. —Hablo colocando su frente contra la mía, mirándome como él sólo lo hacía.
