Hermanos Gemelos (Gojo x Sukuna)

CAPÍTULO II

EL TIEMPO ABANZA

Ya habían pasado algunos meses desde que les dieron el alta a Kaori y sus hijos, en ese transcurso de tiempo comenzaron a notar las diferencias entre sus niños. Mientras que Yuuji era capaz de llorar por horas y no cansarse, Sukuna no lloraba nunca; aunque Yuuji fuera el mayor a el solo le interesaban los juguetes, que le dieran mimos, explorar y tomar el pecho, mientras que para sukuna los juguetes parecían resultarles molestos, casi no se dejaba tocar a menos que fuera realmente necesario, le bastaba con analizar las avitaciones con la mirada como si pudiera comprender lo que era cada cosa y no tomaba leche a menos que fuese en biberon.

Al principio estaban preocupados, por lo que fueron a ver al doctor pero siempre recibían la misma respuesta: "su hijo está completamente sano, no tienen por qué preocuparse" y a pesar de que no se fíaban por completo decidieron dejarlo pasar para finalmente acostumbrarse a ello.

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Cuando habrio los ojos por primera vez todo era borroso, había mucha luz y un ruido ensordecedor, no recordaba donde estaba ni como había acabado ahí. Era tan diferente del vacío oscuro, frío y silencioso al que estaba acostumbrado.... Claro, el había sido sellado, eso solo podía significar que había conseguido un recipiente, por fin después de estar tanto tiempo esperándolo el momento había llegado.

Pero algo no cuadraba. No era capaz de controlar sus extremidades como quería, pero no notaba ningún alma aparte de la suya en ese pequeño cuerpo, si, realmente muy pequeño, tanto como... El de un bebé.

¡¡Había entrado en el cuerpo de un bebé!! ¿Como diablos pasó eso? No era capaz de entenderlo, no podía, era imposible. Malditasea, ni siquiera tenía energía maldita acumulada en ese pequeño cuerpo, pero eso no era ni remotamente posible.
Uuff, ya lo pensaría más tarde, por algún motivo se sentía realmente muy cansado.

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Después de haber descubierto que ahora era un bebé, seguía sin entender como era posible.
Se suponía que para conseguir un recipiente debían consumir sus dedos con su alma y energuia maldita para después quedarse con ese cuerpo, pero algo había salido mal y había acabado siendo un bebé ahora de 4 meses con un hermano gemelo, sin energuia maldita y con una maldita "familia" desconocida y demasiado feliz.

El era capaz de entender las situaciones y acontecimientos a su alrededor, como cuando los vecinos murmuran al ver a su supuesta madre pasearlos en el carrito de bebes o cuando su "abuelo" consuela a su "padre" diciéndole que no se preocuparan por nada, que los chismes de que su hijo estaba maldito y atraía al demonio se olvidarian con el pasar del tiempo.

Nada de eso era realmente importante pero si molesto, notar como las personas con las que convive están frustradas tristes y estresada por la situación era realmente molesto.

Poco después decidieron mudarse, antes de llegar a su nuevo "hogar" por decirlo de alguna forma, su "madre" le había enseñado una cosa llamada base de maquillaje ecológica sin impurezas para la piel, con pH neutro y hecha especialmente para pieles sensibles, un nombre muy largo, pero tampoco le importaba. Su madre le explicó todo a pesar de que para ella el no la entendía, algo realmente tonto he innecesario a su parecer.
Sin embargo dejó que su madre le maquillara sus marcas, no supo porqué, normalmente patalea y grita cuando quieren tocarlo pero en esta ocasión simplemente lo dejo pasar.

Después de todo no era algo realmente molesto.

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Tres años desde que se mudaron y tres años aguantando a su estúpido hermano hiperactivo e idiota que no sabía como quedarse callado.
Tres años de aguantar los mimos, los abrazos y besos que le daban sus padres, tres años soportando a su viejo abuelo tratando de enseñarle a ser amable con las personas. Y lo peor de todo, tres años teniendo que maquillarse justo antes de salir a cualquier lugar. Tres años de tortura insoportable.
Tres años no tan malos pero tampoco buenos.