Harry Potter: El triunfo de estos ojos cansados.

Capítulo 17

Malfoy Manor había sido una vez un lugar de gran esplendor. Los terrenos habían sido magníficos, cuidadosamente arreglados cada semana por un equipo de elfos domésticos bien entrenados, había jardines extravagantes que florecían con todo tipo de flores raras y coloridas, fuentes bellamente talladas que burbujeaban alegremente en cada esquina, había incluso puros , pavos reales blancos pavoneándose por los jardines. Y solo mejoró cuando uno entró en la mansión, si el tamaño del lugar no te impresionaba, la decoración hermosa y claramente costosa lo haría. Todo el lugar gritaba de extravagancia y riqueza. O al menos lo tenía.

La mansión de ninguna manera estaba vacía, estaba repleta de mortífagos que, después de haber sido liberados de Azkaban hace dos años, necesitaban un lugar para pasar desapercibidos por un tiempo. Pero había pasado casi un año desde que un Malfoy, por sangre o por matrimonio, había entrado en la mansión y, debido a que la magia del lugar estaba ligada a los miembros de la familia, la mansión comenzó a deteriorarse lentamente. Los terrenos estaban ahora en un perpetuo estado de desorden, los setos crecían demasiado rápido para ser recortados, las enredaderas y las malas hierbas crecían en las fuentes, en el jardín y a lo largo de las paredes de la mansión, ahogando las flores y bloqueando el flujo de agua. La hierba había crecido tanto y tan espesa que las criaturas se habían instalado en ella. Y el interior era aún peor, sin importar cuántas ventanas se abrieran, el aire permanecía estancado y viciado, había polvo por todas partes, y las velas no parecían arder tan intensamente como antes. Los retratos permanecieron estoicos y silenciosos, mirando a los ocupantes de la mansión con gran desdén, y un aire hechizado y pesado flotaba por toda la mansión. Había habido una ola de suicidios de elfos domésticos cuando, sin importar cuánto trabajaran, la propiedad permanecía descuidada, mientras que un buen número de las pequeñas criaturas simplemente trabajaban hasta la muerte.

A ninguno de los Mortífagos parecía importarle, aunque, incluso en su estado de deterioro, Malfoy Manor seguía siendo un alojamiento mucho mejor que Azkaban. Y las telarañas en la esquina y la atmósfera opresiva creada por el uso extensivo de la magia oscura parecían adaptarse a Voldemort. Casi siempre se le podía encontrar en la sala de estar del salón principal, reclinado en una gran silla similar a un trono.

Estaba allí sentado cuando uno de sus seguidores de menor rango, un chico recién salido de Hogwarts, irrumpió en la habitación, con los ojos muy abiertos y jadeando de emoción.

"Mi señor", jadeó, haciendo una profunda reverencia, "tengo noticias".

"Habla, Pucey".

"Mis contactos en Hogwarts me han dicho que Dumbledore está muerto, falleció temprano esta mañana".

Los ojos rojos de Voldemort se agrandaron y se enderezó en su silla. "¿Quién es tu contacto?

"Terence Higgs", dijo Pucey. "Un Slytherin, en su séptimo año."

"¿Qué te dijo? ¿Cómo murió Dumbledore?"

"Esta mañana, después del desayuno, McGonagall convocó una reunión obligatoria, para reunir a los rezagados o estudiantes que se saltearon el desayuno, y les informó sobre el fallecimiento del director esta mañana temprano. No dio más detalles sobre cómo murió o incluso qué había sucedido, pero la gente sospecha que Potter estaba con él cuando sucedió".

"¿Por qué?"

"Fue visto visitando al director anoche", explicó Pucey. "Corrió por la sala común alrededor de las ocho de la noche, después de eso nadie los vio por el resto de la noche. Potter y sus amigos no estaban en el desayuno, pero a McGonagall no le preocupó su ausencia".

"Bien hecho, Pucey," elogió Voldemort. "Si tu información resulta correcta, serás recompensado en gran medida. Ahora dame tu brazo".

El adolescente se apresuró a arrodillarse ante el señor oscuro y ofrecer su brazo izquierdo desnudo. Se encogió cuando Voldemort presionó un dedo huesudo en su marca, enviando una punzada de dolor a través de su brazo.